Al recibir esta mañana a los participantes del encuentro Internacional Democrático-Cristiana en el Palacio de Castel Gandolfo, el Papa Benedicto XVI llamó a todos los cristianos del mundo a cumplir su compromiso por la defensa del ser humano desde la concepción, la familia, el matrimonio, y la justicia social confiando en la providencia del Señor.
El Papa recordó que el ente familiar debe ser defendido ahora más que nunca, y señaló “un progreso auténtico de la sociedad humana no podrá prescindir de políticas de tutela y promoción del matrimonio y de la comunidad familiar”.
En este sentido, el Santo Padre animó a todos los cristianos, en especial a aquellos que desarrollan cualquier papel público, a defender la vida en cada una de sus fases, rechazando el aborto y cualquier tipo de práctica eugenésica.
“Este compromiso no debe conocer doblez alguna, sino que debe ser difundido con vitalidad renovada, en vista a la continua y, en cierto modo, la profundidad de las problemáticas a las que nos enfrentamos”.
El Santo Padre señaló que las “políticas deberán ser adoptadas, no sólo por los estados, sino también la misma comunidad internacional, con el fin de invertir la tendencia de creciente aislamiento del individuo, fuente de sufrimiento y de aridez también para la misma comunidad”.
Al dirigirse a los dirigentes políticos y gobernantes cristianos, el Papa animó a demostrar que los hombres y mujeres “son ‘rigurosa y responsablemente deudores’, en cada articulación de la historia de la defensa y de la promoción de la dignidad de la persona humana”, y dicha responsabilidad “concierne de manera particular a todos los que están llamados a desempeñar un cargo público, y en especial, animados por la fe cristiana, deben ser capaces de transmitir a las generaciones del mañana razones de vida y de esperanza”.
Benedicto XVI alentó al compromiso cristiano en la justicia social, confiándonos a la presencia verdadera de Dios, y no caer en el desaliento por la crisis ética y económica que azotan al mundo secularizado. Este compromiso busca que el bien prevalezca ante cualquier o dificultad y la lógica de los mercados, respetando en todo momento la inalienable dignidad de la vida humana, el matrimonio y la familia, explicó.
Finalmente, al recordar una cita del libro de la Sabiduría, "un juicio inexorable espera a los que están arriba", el Papa explicó que esta advertencia “no quiere asustar, sino más bien animar y alentar a los gobernantes de todos los niveles, a realizar todo el bien posible del que sean capaces, en la medida y la misión que el Señor encomienda a cada uno de nosotros”. ?“El orden social y su progreso deben subordinarse al bien de las personas y no al contrario”, concluyó.