El Obispo de Anbar de los Caldeos (Irak), Mons. Shlemon Warduni, denunció que el mundo está dejando de lado la situación de Irak, donde los ataques terroristas están a la orden del día, y siguen muriendo cientos de inocentes.
"En Irak la hostilidad ha disminuido pero no ha cesado. Es más, no pasa un día en el que no haya un acto de terrorismo donde alguien acabe muerto, o por lo menos, vea explotar una bomba", explicó Mons. Warduni en declaraciones a Città Nuova.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Parece que el mundo se ha olvidado de Irak. Pero esto es habitual en los hombres que buscan sucesos clamorosos. Solo se oye hablar de Irak cuando hay explosiones con centenares de muertos, o al menos, con alguna decena de víctimas, o hay grandes desastres. Nadie se interesa por las cosas pequeñas, aquellas de todos los días", lamentó.
El Prelado expresó, que el mundo necesita unirse para condenar la fabricación de armas, sobre todo aquellas nucleares, y señaló que los cristianos de todo el globo deben ensamblar sus fuerzas para, "sembrar la cultura del amor y del diálogo, y recorrer el camino que lleva a la paz y los derechos humanos".
La situación de Irak se traza bajo un clima de inseguridad civil en el intento por instaurar una democracia, donde la discordia entre los diversos grupos religiosos y político, aumenta por el poder. Cada día se repiten diversos ataques terroristas, mientras que extremismo islámico sigue diseminando el terror entre los civiles.
Mons. Warduni, indicó que en esta lucha de poderes, los líderes descuidan los derechos humanos más básicos de la población, y como anteriormente, los cristianos nunca participaron en la vida política del país, la Iglesia "se ha comprometido en unir todas sus fuerzas para poder obtener y realizar algo concreto y positivo para la comunidad cristiana".
Finalmente, el prelado denunció que la inestabilidad ha hecho estallar el fenómeno de la emigración, "se ha convertido en una enfermedad para el país", y es "algo contagioso y peligroso, porque olvidan sus propias tradiciones y la riqueza de nuestra historia".
"Yo diría que incluso el feto desde el útero, ya está pensando en emigrar", concluyó.