Frente a los intentos por limitar y aun prohibir en el Reino Unido las expresiones públicas de religiosidad, como usar cruces u otros símbolos religiosos (sobre todo cristianos), los obispos católicos piden a los fieles no seguir esas campañas y tener el valor de no ocultar públicamente la fe cuando lo exijan las circunstancias.
Mons. Kieran Thomas Conry, Obispo de Arundel y Brighton, y secretario del Departamento de Evangelización y Catequesis del Episcopado del Reino Unido, lanzó una invitación: "una forma sencilla en la que podemos contribuir y crecer en nuestra relación con Jesucristo es orar públicamente durante el día".
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Una pausa para orar, a las tres de la tarde, puede ser una eficaz forma de testimonio en el ambiente laboral, dice en un video en el que se ve a policías de Michigan que se reúnen mensualmente para reflexionar y orar.
La sugerencia del Obispo llega a una Iglesia cada vez más presionada a limitar su ejercicio de la fe al ambiente privado, con cada vez mayores limitaciones en el entorno laboral.
"Me gustaría invitar a cada católico, especialmente durante el Año de la Fe, a detenerse y hacer una oración de alabanza y acción de gracias a las tres de la tarde, si es posible, o tal vez durante la pausa del almuerzo, el primer viernes de cada mes", expresó el Obispo.
"Cualquier cosa que esté haciendo, siempre que lo permitan sus responsabilidades, deténgalo, tal vez cierre sus ojos, incline su cabeza y en oración, silenciosamente, medite en el sacrificio que Jesús hizo en la cruz por amor a usted y a todos", invitó monseñor Conry.
"Una forma práctica para recordar la pausa de oración de las tres de la tarde, puede ser acordar con familiares, amigos o compañeros en la fe para programar en sus teléfonos celulares una llamada a las 2.55 de la tarde".
Diversas publicaciones, especialmente en Internet, hicieron eco de la propuesta del Obispo y la relacionaron con la tradicional devoción al Sagrado Corazón de Jesús, especialmente los primeros viernes, y la hora de la Divina Misericordia, tres de la tarde, cuando Cristo dio su vida por la humanidad.
El Obispo sugirió rezar la oración que más inspire a los fieles o hacer una propia en ese momento, "hablando de corazón a corazón", como aconsejaba el Beato Cardenal Newman.
"O podrían desear decir la oración corta de su preferencia", continuó el Obispo, quien sugirió como jaculatoria "Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo".
"De esta forma no sólo estará profundizando su relación con Cristo, sino que callada y confiadamente estará dando un testimonio de su fe a quienes lo rodean", concluyó.