#MilagroSalta Mario Cargnello dijo:"la presencia del Sr y de la Virgen del Milagro está en el corazón de este pueblo" pic.twitter.com/rH9EjiFBcM
- PRENSA Evita Isa (@TodosconEvita) septiembre 14, 2014
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En el marco de la primera jornada del triduo por la fiesta del Señor y la Virgen del Milagro, el Arzobispo de Salta y vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Argentina, Mons. Mario Antonio Cargnello, hizo un enérgico llamado por la reforma del Código Civil.
"Yo se los pido de rodillas que piensen a la hora de la reforma del Código Civil, no se puede afectar la dignidad de la persona, no se puede jugar con el embrión, no se puede favorecer el alquiler de vientres, ustedes tienen que decir que no –porque no es un cajón- y los niños que van a nacer no tendrán derecho a la identidad", advirtió durante la procesión penitencial.
El Prelado exhortó a los legisladores "a ser consecuentes con su compromiso con los ciudadanos, porque el voto es una manifestación de confianza que no se puede traicionar", y destacó que la Iglesia, a riesgo de ser calificada de oscurantista, lo que hace es defender y ser voz de los que no tienen voz, los más necesitados y del futuro de la Patria.
Asimismo, expresó la necesidad de que el Código Civil "nos ayude a ser mejores".
Mons. Cargnello convocó a "descubrirnos como ciudadanos" y condenó la comercialización de estupefacientes, al expresar que es "para enriquecer a los poderosos que se distribuye droga".
Al finalizar la procesión penitencial, al Arzobispo salteño recordó que la devoción del Milagro no nació del temor, sino de la fidelidad y de la experiencia de la protección de Dios, y convocó a reconstruir el vínculo social, de la familia, de la verdad, del ciudadano, del trabajo y la justicia.
El Norte argentino vive el "Milagro de Salta"
Cuando aquí se habla del "Milagro de Salta" no se hace referencia a un hecho prodigioso actual sino a un acontecimiento ocurrido hace 320 años, cuando en la mañana del 13 de septiembre de 1692 un fuerte temblor de tierra se hizo sentir en la ciudad de Salta. Angustiados los salteños huyen de sus casas, y mientras unos se precipitan campo afuera y otros quedan en la plaza, un grupo de ellos corre a la iglesia: tienen más esperanza de alcanzar favor de Dios que temor de quedar enterrados bajo los escombros del templo.
Es que allí, en el nicho más alto del altar está la imagen de la Inmaculada Concepción con sus manos juntas y que el pueblo venera desde una centuria. Una fuerte sacudida amenaza dar en tierra con la iglesia, y la imagen cae violentamente al suelo.
Los fieles corren a mirarla y la encuentran no sólo entera sino de pie, con las manos separadas en actitud como de orante y la cabeza algo alzada mirando el Tabernáculo, como si pidiera a su Hijo, Jesús-Hostia, perdón para sus hijos de la tierra.
Ante la actitud de la imagen, los sacerdotes y los fieles se miran, y en medio de los temblores que se repiten, resuelven, llenos de confianza, sacarla a la plaza, junto con el Señor Crucificado, para calmar a la población aterrada y provocar un renuevo de oraciones.
Salen las imágenes sagradas a la plaza: el pueblo las aclama e implora y el temblor de tierra cesa. Ese mismo temblor de tierra que destruyó por completo a la ciudad de Esteco, a unas cincuenta leguas al sur de Salta.
Desde entonces la Inmaculada Concepción de Salta se llamó "La Virgen del Milagro" y, dos días después, el Cabildo, Justicia y Regimiento de la ciudad juraban celebrar perpetuamente con Novenario, misa solemne y procesión pública la fiesta del Señor Crucificado y la de la Virgen del Milagro. Cosa que se cumplió muy bien durante 320 años y se sigue cumpliendo todavía.
Las fiestas del Milagro, que se celebran los días 13, 14 y 15 de septiembre con actos multitudinarios que atraen a los fieles de toda la provincia de Salta y a peregrinos de las provincias del Norte Argentino, constituyen una de las movilizaciones religiosas más importantes de la Argentina.