La adolescente cristiana paquistaní Rimsha Masih, encarcelada a mediados de agosto por un supuesto delito de blasfemia contra el Islam, ha obtenido la libertad condicional bajo fianza, según ha informado este viernes el juez.
La decisión se ha producido días después de que la Policía detuviera a Jalid Yadun, el imán musulmán que había lanzado la acusación contra la niña, por la presunta falsificación de las pruebas inculpatorias contra la menor.
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Masih podría quedar libre este mismo viernes por la tarde si se consigue reunir las 500.000 rupias (poco más de 4.000 euros) de la fianza, según indicó el ministro para la Armonía Social, Paul Bhatti.
"Estoy realmente satisfecho y feliz. Ha prevalecido la justicia", declaró a Reuters. La detención de Rimsha Masih había causado la indignación de grupos religiosos y laicos de todo el mundo.
No obstante, la vida de la joven podría estar en peligro en caso de que se le excarcele y permanezca en Pakistán, razón por la cual la adolescente --de alrededor de 14 años de edad-- podría reunirse con su familia en un lugar secreto por motivos de seguridad, según indicó Robinson Asghar, asesor de Bhatti.
De momento no se prevé su traslado al extranjero, precisó el ministro a Reuters.
Rimsha Masih, vecina de un barrio humilde de Mehrabad, a las afueras de Islamabad, fue encarcelada a mediados del pasado mes de agosto después de que algunos vecinos musulmanas la acusaran de haber quemado parte del libro 'Noorani Qaida', un manual infantil de introducción al Islam que contiene versículos del Corán.
El imán que lanzó la acusación fue detenido a finales de la semana pasada después de que varios testigos, vecinos de la aldea de Masih, aseguraran que habían visto cómo el clérigo introducía "papeles quemados" del Corán en la mochila de la adolescente.
Las leyes contra la blasfemia de Pakistán castigan duramente, sin descartar la pena de muerte, a quienes hablen mal sobre el Islam o el profeta Mahoma y a quienes profanen o quemen partes del Corán, el libro sagrado musulmán.
Las organizaciones de Derechos Humanos consideran que el lenguaje ambiguo con el que está redactada la ley ha conducido a abusos y a la marginación de las minorías religiosas.
Aunque se han dictado varias condenas en aplicación de esa ley, nunca se ha llegado a ejecutar a nadie, pero sí se han producido casos de linchamiento de personas acusadas de blasfemia por parte de grupos de fanáticos, incluso después de que el juez las declarara inocentes de los cargos.
El arresto de Masih ha desencadenado el éxodo de cientos de cristianos de la aldea de la niña, sobre todo después de que los responsables de varias mezquitas informaran a través de altavoces de lo que supuestamente había hecho la menor.
Los cristianos representan el cuatro por ciento de la población paquistaní. Según los miembros de esta comunidad, las condenas por blasfemia suelen basarse únicamente en declaraciones de testigos y normalmente se deben a venganzas personales.
Pese a que más de un millón de personas habían firmado en todo el mundo una petición --a iniciativa del padre de Masih-- para reclamar su liberación, muchos ciudadanos paquistaníes apoyan la ley contra la blasfemia y las manifestaciones en favor de la joven apenas han reunido a un puñado de personas en Pakistán.
El año pasado, el gobernador de la provincia de Punjab, Salman Taseer, fue asesinado por uno de sus escoltas después de haber propuesto reformas a la ley. Varios abogados llegaron a calificar de "héroe" al asesino e incluso lanzaron pétalos de rosas a su paso tras su detención.
Taseer había defendido a una mujer cristiana, Asia Bibi, encarcelada por cargos de blasfemia y que continúa en la actualidad en el corredor de la muerte.
Human Rights Watch (HRW) ha celebrado este viernes la excarcelación de Masih y ha instado a las autoridades a reformar la ley. "Esta niña no debería haber estado encarcelada nunca", afirmó la organización de Derechos Humanos en un comunicado.
"Todos los cargos contra ella deberían ser retirados", agregó. "A cambio, el sistema de justicia penal de Pakistán debería centrarse en procesar a su acusador por incitar a la violencia contra la niña y contra la comunidad cristiana local", advirtió HRW.