Tras 50 años de haber causado malformaciones a unos 10 mil bebés en todo el mundo, la empresa farmacéutica alemana Grünenthal pidió disculpas por los daños causados por un medicamente creado por ellos para combatir las náuseas del embarazo.
Según señala el diario El País, la empresa sacó a la venta el contergan en 1957, para ser adquirida por las usuarias sin receta médica porque, según la farmacéutica, era "tan inocuo como un caramelo".
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En 1958 se vio en Alemania un aumento en el número de niños nacidos con graves malformaciones. Se achacó a los ensayos nucleares de la Unión Soviética y Estados Unidos. Esto siguió hasta que por 1960, un pediatra se percató del efecto nocivo de la talidomida que contenía el medicamento. Grünenthal lo retiró del mercado en noviembre de 1961.
Hoy viven en Alemania unas 2.500 víctimas de la sustancia. Del total de los 10 mil bebés afectados, aproximadamente la mitad eran de este país europeo.
El pasado viernes, el jefe de Grünenthal, Harald Stock, lamentó que la empresa no hubiera hablado del asunto en tantos años. Además, pidió perdón "por no haber encontrado el camino hacia las víctimas, de ser humano a ser humano".
Stock nació en 1968, años después del desastre. En 1971, el Gobierno federal y la empresa iniciaron una fundación con un presupuesto de unos 100 millones de euros, a la que Grünenthal sigue contribuyendo y que paga pensiones vitalicias a las víctimas.
Entre los males generados por el contergan estaba la focomelia, una enfermedad que se manifiesta por la ausencia de brazos o piernas, con las manos o pies saliendo directamente del tronco.
También generó la ausencia en los bebés del ano, deformaciones en los dedos, las orejas, los ojos, genitales y órganos internos. Muchos de los bebés afectados fallecieron luego en la adolescencia.