El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, presidió la bendición de la nueva iglesia San Clemente de Pisco (Ica), donde pidió que la reconstrucción de esta ciudad devastada por el terremoto del 15 de agosto de 2007 sea un motivo de unidad y no de peleas o discusiones.
"Trabajemos unidos. Hagamos de este proceso de reconstrucción un motivo de unidad, alegría y gozo; y no un motivo de discusión y peleas", refirió el Arzobispo de Lima en su homilía.
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En ese sentido, lamentó que a cinco años de la tragedia Pisco sea todavía "una ciudad en mal estado, pero la responsabilidad es de todos, qué fácil es echar la culpa a los demás. Para construir la nueva Iglesia hemos tenido que luchar, por eso me permito en esta visita a pedirles que trabajen más unidos".
"Pongamos el hombro y veremos que esta nueva casa de Dios será ese impulso para que todo Pisco recupere esa preciosa tradición señorial, porque Pisco siempre ha sido un lugar muy bonito", afirmó.
Ante los cientos de fieles, el Cardenal Cipriani recordó que luego del terremoto, prometió la solidaridad de las parroquias de Lima y de instituciones para lograr la reconstrucción del templo. "También recuerdo que luego de la tragedia se movilizaron los sacerdotes de Lima para ayudar a nuestros hermanos de Pisco", señaló.
En ese sentido, reafirmó la voluntad de la Iglesia de estar siempre "junto a su pueblo como madre y maestra, siempre abriendo sus brazos, para recibir a todos".
"Nosotros no jugamos con los pobres, no hablamos de los pobres, los ayudamos a todos. No distinguimos, porque la Iglesia desde sus inicios puso especial cariño por los enfermos, pobres, ancianos, atribulados, pero no hizo nunca una ideología a favor de los pobres y en contra de los ricos. Ricos o pobres, blancos o negros, todos somos una sola familia, la de los hijos de Dios", afirmó.
La Misa fue concelebrada por el Obispo de Ica, Mons. Héctor Vera; el Obispo Emérito de Ica, Mons. Guido Breña; el Obispo Auxiliar de Lima, Mons. Raúl Chau; el Obispo de Yauyos, Mons. Ricardo García; el párroco de San Clemente, P. Vicente Diez, y numerosos sacerdotes.