El Papa Benedicto XVI recordó al Cardenal Carlo Maria Martini, Arzobispo emérito de Milán, fallecido a la edad de 85 años el 31 de agosto de 2012, por “su intensa obra apostólica difundida como entregado religioso, hijo espiritual de San Ignacio, experto docente, y acreditado biblista”.
En un telegrama de pésame enviado ayer al actual Arzobispo de Milán (Italia), Cardenal Angelo Scola, el Santo Padre expresó su tristeza tras la noticia de la muerte del Cardenal Martini tras una larga enfermedad de Parkinson, “vivida con serenidad de ánimo y con abandono confiado a la voluntad del Señor”.
“Quiero expresarle, al igual que a toda la comunidad diocesana y a los familiares del llorado Cardenal, mi profunda participación en su dolor, pensando con afecto en este querido hermano que ha servido generosamente al Evangelio y a la Iglesia”.
“Recuerdo con gratitud su intensa obra apostólica difundida como entregado religioso, hijo espiritual de San Ignacio, experto docente, acreditado biblista y apreciado rector de la Universidad Pontificia Gregoriana y del Instituto Pontificio Bíblico e, igualmente, como solícito y sabio arzobispo de esta Arquidiócesis ambrosiana. Pienso también en el competente y ferviente servicio que rindió a la Palabra de Dios, abriendo cada vez más a la comunidad eclesial los tesoros de la Sagrada Escritura, especialmente mediante la promoción de la 'lectio divina'”, agregó.
Finalmente, el Papa elevó sus fervientes oraciones al Señor “para que, por intercesión de la Bienaventurada Virgen María, acoja a este fiel servidor e insigne pastor en la Jerusalén celeste e imparto de todo corazón a cuantos lloran su pérdida la consoladora bendición apostólica”.
La Curia Romana se une al Santo Padre en el consuelo a los familiares
De igual manera, el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, envió un telegrama al Cardenal Scola para manifestarle, en nombre de la Secretaría de Estado y de toda la Curia Romana, el profundo pésame por la muerte del Cardenal Martini, quien “testimonió y enseñó el primado de la vida espiritual y al mismo tiempo la escucha atenta del ser humano en sus diversas condiciones existenciales y sociales”.
El Cardenal Bertone recordó también al Cardenal Martini como un “experto y apasionado de la Sagrada Escritura, las cuales supo dar a conocer y hacer meditar a todos los componentes del Pueblo de Dios y a muchas personas en busca de la verdad”.
El Cardenal Martini nació el 15 de febrero de 1927, Turín, Italia. Ingresó a la Compañía de Jesús el 25 de septiembre de 1944. Fue ordenado sacerdote el 13 de julio de 1952, en Chieri, Turín (Italia).
Fue designado Arzobispo de Milán el 29 de diciembre de 1979, recibiendo la ordenación episcopal el 6 de enero de 1980. Sirvió en esa Arquidiócesis por más de 20 años, iniciando un programa de difusión de la Biblia y de diálogo con los intelectuales que dejó una fuerte marca en la ciudad.
Fue creado Cardenal el 2 de febrero de 1983 por el Beato Papa Juan Pablo II.
Doctor en Teología y en Sagrada Escritura, el Cardenal Martini fue rector del Pontificio Instituto Bíblico y de la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1978, Pablo VI le invitó a predicar los ejercicios espirituales en el Vaticano.
Escribió varios libros en los que profundizó los ejercicios espirituales del fundador de los jesuitas, San Ignacio de Loyola, como "Los ejercicios ignacianos a la luz de San Juan", "El itinerario espiritual de los Doce en el Evangelio de San Marcos", "Los ejercicios ignacianos a la luz de San Mateo", entre otros.
En octubre de 1999 fue nombrado Doctor ad honorem por la Academia Rusa de las Ciencias. Recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales, España, octubre de 2000. Recibió el Premio Europa del 2000. Fue miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias desde noviembre de 2000.
En la Curia Romana fue miembro de las Congregaciones para las Iglesias Orientales, para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica y para la Educación Católica. Asimismo, fue miembro del Pontificio Consejo para la Cultura y de la Comisión para el Patrimonio Cultural de la Iglesia.
Después de llegar a la edad de jubilación (75 años) como Arzobispo de Milán en el año 2002, el Cardenal Martini se trasladó a Jerusalén para dedicarse al estudio de la Sagrada Escritura y a escribir de nuevo sobre la Biblia. En los últimos años mantenía el contacto con los fieles de Milán a través de una sección de respuesta a los lectores del diario italiano Il Corriere della Sera.