Tres sujetos que entraron el fin de semana en la Catedral católica de Colonia (Alemania) con una pancarta en la que se podía leer "Liberad a Pussy Riot y a todos los prisioneros" y que repartieron panfletos y gritaron en favor de la liberación de las tres miembros de esa banda punk condenadas en Rusia, se enfrentan a una pena de hasta tres años de cárcel, luego que la Iglesia Católica haya presentado cargos contra ellos, según la prensa alemana.
El grupo, compuesto por dos hombres, de 23 y 25 años de edad, y una mujer de 20 años de edad, vestían como las componentes del grupo punk, condenadas tras ser halladas culpables del delito de "vandalismo motivado por odio religioso" por haber irrumpido en la mayor catedral ortodoxa de Moscú el pasado febrero, donde cantaron una canción con la que pedían la dimisión del entonces primer ministro, Vladimir Putin.
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"La paz de la catedral de Colonia fue interrumpida. No podemos y no vamos a aceptar esto", ha dicho el deán de la Catedral, Robert Kleine, al diario alemán 'Frankfurter Rundschau'.
"El derecho de manifestación no puede estar por encima de la libertad religiosa y los sentimientos religiosos de la congregación", agregó.
De esta manera, los tres activistas alemanes pueden ser juzgados y condenados a una pena máxima de tres años de cárcel o al pago de una multa. En un caso similar en 2006, un hombre de Berlín fue condenado a nueve meses de cárcel tras interrumpir un servicio religioso gritando y tirando panfletos.
Cinco miembros de Pussy Riot entraron en la Catedral de Cristo Salvador con el rostro oculto el pasado febrero y realizaron, ante la mirada atónita de los guardias de seguridad, una actuación para denunciar el apoyo de la Iglesia Ortodoxa a la campaña electoral de Putin para volver al Kremlin.
Tres de las integrantes del grupo fueron detenidas y acusadas de vandalismo. Según los fiscales, actuaron "de una manera extremadamente vulgar para un lugar así" y la canción que interpretaron, titulada "Holy shit" (santas heces), es "insultante y sacrílega para los ortodoxos".
La juez Marina Sirova afirmó durante la lectura del veredicto que las jóvenes Nadezhda Tolokonnikova, Maria Alyojina y Yekaterina Samusevich –de 29, 24 y 22 años de edad, respectivamente– llevaron a cabo una acción meticulosamente planificada y que "eran conscientes del carácter ofensivo de sus acciones y su aspecto".
"Pretendían atribuir gran resonancia a su actuación, ofender tanto a los sacerdotes como al amplio público en general e infligieron una fuerte ofensa a los creyentes ortodoxos", señala el veredicto.
La Fiscalía había pedido una pena de tres años para cada una, mientras que el propio Putin pidió hace unos días a la justicia rusa no ser tan severa con las cantantes.
La sentencia comenzará a contarse a partir de la fecha de su detención, el pasado 15 de marzo.