La población de Valparaíso (departamento de Antioquia, Colombia) expresó su indignación por el “atropello” contra el sentimiento religioso que significó la destrucción de una imagen de la Virgen de Lourdes, que permaneció por más de 80 años en una gruta, a manos del propietario del terreno.
El propietario del predio donde se encontraba la imagen religiosa, al margen de una carretera, al no querer tenerla en su terreno optó por destruirla.
En declaraciones recogidas por el diario El Colombiano, la líder comunal Ligia Henríquez manifestó que “uno siente una tristeza inmensa, no se alcanzan a medir las palabras de lo que se siente ver desaparecer un patrimonio de estos”.
La imagen fue colocada en ese terreno por los obreros que participaron en la construcción de la carretera, hace casi un siglo. Todos los trabajadores aportaron para la compra de la imagen, según recordó la hija de Juan Pablo Martínez, capataz de la obra.
Ligie Henríquez señaló que “cuando se terminó la carretera, los conductores paraban, rezaban y encomendaban el viaje”.
Otro poblador de la zona, Manuel Torres, lamentó que el propietario del terreno no haya optado por decir “que no la quería o que se la llevaran de allí, y le hubiéramos buscado otro sitio o me la traía para la casa”.
El párroco de Valparaíso, P. Nelson Mesa Posada, acudió a calmar a los enojados pobladores, y calificó el acto como de intolerancia religiosa y de superstición.
“Él, sin consultar a nadie ni a vecinos ni al sacerdote, la derribó. Eso causó rechazo, indignación y rabia en la gente. Gracias a Dios nadie vio ese atropello porque habrían reaccionado de otra manera", indicó el sacerdote.
El presbítero también exhortó a los indignados pobladores a “no responder con la misma moneda”.
El Obispo de Jericó, Mons. Roberto López, al tanto de lo ocurrido, ordenó un acto de reparación que tendrá lugar hoy a las 6:00 p.m.
La ceremonia consistirá en una procesión desde el templo hasta la gruta donde se encontraba la imagen de la Virgen. Ahí se rezará el Rosario y se celebrará una Misa “para reparar el acto de profanación”.
A pesar de que la gruta ha quedado vacía, los peregrinos no han cesado de visitarla y pedir a la Virgen de Lourdes su intercesión.