Antes de rezar el Ángelus este mediodía (hora local) en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo en la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el Papa Benedicto XVI dijo que esta celebración invita fuertemente a confiar en Dios, seguir su Palabra y hacer su voluntad para así poder llegar al Cielo.
Según señala la nota de Radio Vaticano, el Papa explicó que "para entender la Asunción tenemos que mirar a la Pascua, el gran Misterio de nuestra salvación, que marca el paso de Jesús a la gloria del Padre a través de la pasión, muerte y resurrección".
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"María, que ha engendrado al Hijo de Dios en la carne, es la criatura más inserta en este misterio, redimida desde el primer momento de su vida, y asociada de una manera especial a la pasión y la gloria de su Hijo. La Asunción de María al Cielo es, pues, el misterio pascual de Cristo realizado plenamente en Ella. María está íntimamente unida a su Hijo resucitado, vencedor sobre el pecado y la muerte, plenamente conformada con él".
El Papa dijo luego que "la Asunción es una realidad que nos toca también nosotros, porque nos indica de manera luminosa nuestro destino, el de la humanidad y el de la historia. En María, de hecho, contemplamos aquella realidad de gloria a la cual está llamado cada uno de nosotros y toda la Iglesia".
"El Evangelio de San Lucas que leemos en la liturgia de esta solemnidad nos muestra el camino que la Virgen de Nazaret ha recorrido para estar en la gloria de Dios. Es la narración de la visita de María a Isabel, en la que la Virgen es proclamada bendita entre todas las mujeres y beata porque ha creído en el cumplimiento de las palabras que fueron dichas por el Señor. Y en el canto del ‘Magnificat’, que eleva con la alegría a Dios brilla su profunda fe".
El Santo Padre dijo luego que María "se coloca entre los ‘pobres’ y ‘humildes’, que no pueden confiar en sus propias fuerzas, sino que confían en Dios, y en su acción, capaz de obrar grandes cosas en la debilidad".
"Si la Asunción nos abre al futuro luminoso que nos espera, nos invita también fuertemente a confiarnos más a Dios, a seguir su Palabra, a buscar y cumplir su voluntad cada día: éste es el camino que nos hace ‘beatos’ en nuestra peregrinación terrena, y nos abre las puertas del Cielo".
Benedicto XVI dijo además que "el Concilio Vaticano II afirma: ‘María asunta al cielo con su múltiple intercesión continúa a obtener para nosotros los dones de la salvación eterna. Con su materna caridad cuida de los hermanos de su Hijo que todavía peregrinan y se debaten entre peligros y dificultades, hasta que no sean conducidos a la patria bienaventurada’".
"Invoquemos la Virgen Santa, sea Ella la estrella que guía nuestros pasos al encuentro con su Hijo en nuestro camino para llegar a la gloria del Cielo, a la alegría eterna", concluyó.