El Papa Benedicto XVI hizo un llamado a la solidaridad tras el terremoto ocurrido en Irán que ha cobrado la vida de unas 300 personas, y las lluvias torrenciales en Filipinas y China en donde han fallecido otras varias decenas.
Al concluir el rezo del Ángelus dominical y hablando en italiano, el Santo Padre dijo: "queridos hermanos y hermanas, mi pensamiento va en este momento a las poblaciones asiáticas, en particular de Filipinas y de la República Popular China, duramente golpeadas por violentas lluvias, como también las del noroeste de Irán, afectadas por un violento terremoto".
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Según informa la agencia Efe, en Irán murieron unas 306 personas, la mayoría de las cuales son mujeres y niños. Resultaron heridas más de 3 mil. Se informó además que la cifra de víctimas mortales podría aumentar.
Luego de los dos fuertes terremotos del sábado 11 de agosto, se ha registrado 116 réplicas, y los trabajos de rescate siguen su curso, "para asegurar a los supervivientes refugio y comida", según señala el ministro iraní Mostafa Mohamad Nayar.
Estos hechos junto a las fuertes lluvias en China y Filipinas, dijo el Santo Padre, "han provocado numerosas víctimas y heridos, miles de damnificados e ingentes daños".
Por ello, concluyó Benedicto XVI, "los invito a unirse a mi oración por cuantos han perdido la vida y por todas las personas probadas por estas devastadoras calamidades. Que no falte a estos hermanos nuestra solidaridad y nuestro sostenimiento".