Los Obispos católicos franceses han pedido a todas las diócesis que se unan en oración por el futuro del país y el bien común, en la Fiesta de la Asunción de la Virgen María, ante la amenaza del gobierno de implantar el matrimonio y la adopción por parte de homosexuales.
El vocero de la Conferencia Episcopal de Francia, Mons. Bernard Podvin, dijo, en un anuncio realizado el 30 de julio, que la crisis económica y social hacía “esencial despertar la conciencia” y pedir orientación con respecto a “nuestras decisiones personales y colectivas”.
Esta acción de la Iglesia en Francia responde al anuncio realizado en junio de 2012 por el Primer Ministro de ese país, Jean-Marc Ayrault, con respecto a que el gobierno socialista instituirá el “matrimonio homosexual” y permitirá que las parejas del mismo sexo adopten niños, cumpliendo la promesa electoral realizada por el presidente Hollande.
Con la intención de que sea realizada en todas las iglesias de Francia, el 15 de agosto, en la oración se pedirá sabiduría para los legisladores y las autoridades gobernantes, alivio de los efectos de la crisis económica europea, y el fortalecimiento del matrimonio y la vida matrimonial.
La oración nacional se realiza siguiendo una tradición católica francesa, que se remonta al siglo 17, para rezar específicamente por el país en la solemnidad de la Asunción.
Confiando el futuro del país en las manos de Dios “a través de la intercesión de Nuestra Señora”, los católicos franceses pedirán a Dios “el valor para hacer las elecciones necesarias”, buscando “una mejor calidad de vida para todos”, así como “el desarrollo de nuestra juventud a través de familias fuertes y fieles”.
La oración escrita por los obispos franceses también hace mención de “aquellos que han sido elegidos para legislar y gobernar”. El político socialista Francois Hollande fue elegido como presidente de Francia en mayo pasado, mientras que a mediados de junio, el Partido Socialista Nacional ganó la mayoría en el parlamento del país por primera vez en una década.
Los obispos han pedido a los católicos franceses que recen porque el “sentido del bien común de la sociedad” de los políticos pese más que otras preocupaciones, y que ellos “tengan la fortaleza de seguir las direcciones de sus conciencias”.
Los obispos también pidieron que las parroquias recen por las familias, para que reciban el apoyo de la sociedad y que “el compromiso mutuo de los esposos y sus hijos” sea “un signo de fidelidad para amar”.
La intención final de la oración está enfocada en los niños y los jóvenes, para que ellos “dejen de ser objetos del deseo y conflicto de los adultos” y en vez de eso “se beneficien completamente del amor de un padre y una madre”.