Por primera vez en Argentina, una pareja de homosexuales inscribió en el registro civil como hijo de ambos a un bebé de tres semanas nacido en la India que fue gestado en un vientre de alquiler. El pequeño ha sido registrado sin madre.
Tobías fue registrado como hijo de Carlos Dermgerd y Alejandro Grinblat, quienes se presentaron con los respectivos documentos ante la prensa, acompañados de representantes de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), quienes celebraron el hecho.
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Según informa el diario Clarín, Alejandro dijo que Tobías "tiene todos los derechos, no hay distinción ni diferencias" y explicaron que eligieron la India para el vientre de alquiler porque en ese país "el proceso es más claro, incluso más que en Estados Unidos".
También narraron que dejaron una muestra de semen de ambos para que los médicos decidieran cuál usar. "El embarazo lo vivimos desde acá y llegamos para el momento del nacimiento", relataron.
Con la ayuda de las magistradas porteñas Fabiana Schafrick y Elena Liberatori, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y gestiones de la Cancillería argentina, los homosexuales pudieron tramitar la partida de nacimiento del bebé.
Dermgerd y Grinblat inscribieron como su hijo a Tobías amparados en la ley de uniones homosexuales aprobada en julio de 2010.
En aquella oportunidad los senadores aprobaron el controvertido proyecto pese al mayoritario apoyo que mostró en incontables oportunidades el pueblo argentino a favor del verdadero matrimonio entre un hombre y una mujer, las innumerables ocasiones en que los obispos explicaron la naturaleza auténtica de la institución matrimonial, y luego de la multitudinaria manifestación que congregó a más de 200 mil personas frente al Congreso el 13 de julio.
Según señalaron voceros del lobby gay en Argentina, el caso de Tobías servirá para promover la fecundación artificial, el mal llamado "matrimonio" homosexual, entre otras prácticas, en la anunciada reforma del Código Civil que atentaría contra la vida y la familia como han explicado en más de una ocasión los obispos y diversas organizaciones pro-vida en el país.
La doctrina católica no aprueba el mal llamado "matrimonio" gay porque atenta contra la naturaleza, sentido y significado del verdadero matrimonio, constituido por la unión entre un hombre y una mujer, sobre la cual se forma la familia.
El Vaticano y los obispos en diversos países del mundo han denunciado que las legislaciones que pretenden presentar "modelos alternativos" de vida familiar y conyugal atentan contra la célula básica de la sociedad.