A pesar de que el rector de la ex PUCP, Marcial Rubio, alegue que el conflicto con la Iglesia Católica está relacionado con el actual Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani y con el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Tarcisio Bertone, la documentación existente revela que la desobediencia de las autoridades de la institución educativa al Vaticano se remonta a la década de 1960.
Los últimos estatutos de la ex universidad católica peruana aprobados por la Santa Sede fueron los de 1967. Ese mismo año, el sacerdote jesuita Felipe Mac Gregor, a la postre rector de esa casa de estudios, firmó la Declaración de Wisconsin, que plasmaba la rebeldía contra la Santa Sede por parte de un grupo de educadores de 10 universidades católicas en el mundo.
El profundo vínculo con la Iglesia Católica, que ahora tratan de negar las autoridades de la ex PUCP, se remonta a su fundación, en 1917, con el P. Jorge Dinthilac a la cabeza, y con el permiso del entonces Arzobispo de Lima, Mons. Pedro Manuel Garci?a Naranjo.
En 1942, el Papa Pío XII erigió a la casa de estudios como Pontificia, indicando que su dirección desde ese momento dependía del Santo Padre, que delegaba su autoridad en el Gran Canciller de la universidad, el Arzobispo de Lima.
La ex PUCP se vio beneficiada de los bienes legados por el prominente católico José de la Riva Agüero, que en su testamento de 1938 establece que la casa de estudios será heredera y propietaria de sus bienes, bajo la condición insubstituible de que esos bienes sean administrados por una Junta perpetua, formada por una persona designada por el Arzobispo de Lima y por el rector de la universidad.
Los conflictos entre la Iglesia y la ex PUCP se agravaron en 1973, cuando el entonces Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Landázuri, renunció a su cargo e investidura como Gran Canciller debido a un incidente moral protagonizado por un profesor de la universidad con una alumna de esa casa de estudios.
El estado peruano y la Santa Sede firmaron un Acuerdo Internacional en 1980. En este se reconoce la plena independencia y autonomía de la Iglesia en el Perú, y se expresa la plena libertad de esta para establecer centros educativos de todo nivel, en conformidad con la Ley del país.
La Ley Universitaria de Perú, promulgada en 1983 y usada por las autoridades de la ex PUCP para justificar su desobediencia constante a la Iglesia, reconoce que “las universidades tienen los mismos derechos y obligaciones por las peculiaridades establecidas por la ley y las propias de su condición jurídica”, en este caso católica.
Al año siguiente, el entonces Secretario de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Mons. José Dammert, ratificó que la Iglesia Católica fundó la ex PUCP, en una misiva remitida a la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede.
En 1985, la Santa Sede emitió una serie de observaciones sobre la catolicidad de la ex PUCP, que le fueron comunicadas al entonces rector de esa universidad, Jose? Tola Pasquel, a través del Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, Cardenal William Baum.
Entre estas observaciones se daban las indicaciones para modificar diversos artículos de los estatutos de la ex PUCP, referentes a su identidad católica.
La Constitución Apostólica Ex Corde Eclessiae, que la ex PUCP se niega a aceptar, fue promulgada por el Beato Papa Juan Pablo II en 1990, y es vigente para todas las universidades católicas del mundo. Diversas autoridades de la casa de estudios rebelde participaron en su elaboración.
En 1993, la Santa Sede insistió, a través del entonces Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, Cardenal Pío Laghi, en que la ex PUCP adecúe sus estatutos a la Ex Corde Eclessiae. Al año siguiente, la misma autoridad vaticana pidió al Arzobispo de Lima, Cardenal Augusto Vargas Alzamora, una revisión a los estatutos de esa casa de estudios.
En 1995, el Cardenal Laghi remitió una serie de propuestas para la modificación de los estatutos de la ex PUCP. Dos años más tarde, el Cardenal Vargas Alzamora expresó su opinión desfavorable a los estatutos de la ex casa de estudios católica.
A pesar de esto, en 1997, el entonces rector de la ex PUCP, Salomo?n Lerner, inscribió en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos de Perú los estatutos de la universidad, sin aprobación de la Santa Sede.
Al año siguiente, el Cardenal Pío Laghi señaló que los estatutos de la ex PUCP no se adecuaban a la Ex Corde Ecclesiae.
Desde 1999, en que fue nombrado como Arzobispo de Lima por el Papa Juan Pablo II, el Cardenal Juan Luis Cipriani continuó los esfuerzos de sus predecesores por adecuar la labor de sus predecesores para que la ex PUCP adecúe sus estatutos a la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae.
En 2001, el Cardenal Cipriani entregó al rector de la universidad las precisiones de la Santa Sede para la redacción de los nuevos estatutos, conforme a la Ex Corde Eclessiae. Sin embargo, las autoridades de la ex PUCP registraron sus nuevos estatutos, no aprobados por el Vaticano, en Registros Públicos.
El conflicto de la ex PUCP con el Arzobispado de Lima se agravó luego de que este pidió al rector información sobre la Junta Administradora de los bienes de Riva Agüero, y se le indicó que se le habían reducido competencias, faltando a las condiciones estipuladas en el testamento del benefactor.
Desde entonces, las autoridades de la universidad rebelde trataron de quitar validez al testamento de 1938, y reforzar el de 1933, en el que no se hace referencia a una Junta Administradora.
En 2009, a través de un documento enviado a la Conferencia Episcopal Peruana, las autoridades de la ex PUCP aseguraron que sus estatutos estaban acordes a la Ex Corde Ecclesiae. Esto ha sido desmentido por la propia Santa Sede.
En 2010, tras un recurso presentado por la ex Pontificia Universidad Católica del Perú, el Tribunal Constitucional falló a favor de la Iglesia, en el sentido de que el testamento que prima con respecto a los bienes legados por Riva Agüero es el de 1938.
La Santa Sede, a través del Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, Mons. Zenon Grocholewski, remarcó, en mayo de 2011, que la universidad era de la Iglesia Católica.
Ese mismo año, los obispos peruanos, en un voto jurídico canónico, expresaron que los bienes de la ex PUCP son eclesiásticos.
Durante 2011 se dan diversas manifestaciones de agravio por parte de las autoridades de la ex PUCP contra el Arzobispo de Lima. Entre ellas, se observan fotos en las que el rector Marcial Rubio y otros posan junto a un muñeco de burla del Cardenal Cipriani.
Para final del año, llegó el Visitador Apostólico enviado por el Papa Benedicto XVI, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Europa, Cardenal Peter Ërdó.
En febrero de 2012, el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Tarcisio Bertone, dio un ultimátum a la ex PUCP para que sus estatutos se regularicen de acuerdo a la Ex Corde Eclessiae hasta el 8 de abril.
El 20 de julio pasado, finalmente, el Cardenal Bertone, por expresa voluntad del Papa Benedicto XVI decretó la prohibición de que la universidad peruana ostente los títulos de “Pontificia” y “Católica”, indicando que a pesar de esto sigue bajo jurisdicción de la Iglesia.
La ex PUCP se ha caracterizado desde hace muchos años por promover desde sus claustros enseñanzas contrarias a la doctrina de la Iglesia Católica. Así, en febrero de este año, invitaron a Mónica Roa, una de las líderes del lobby abortista en América Latina y gestora de la despenalización del aborto en Colombia, en el año 2006, a dictar un curso sobre derechos humanos.
Otro desafío de la ex PUCP a la Iglesia Católica significó el nombramiento como profesor honorario del P. Gastón Garatea, el 12 de junio, a quien el Arzobispado de Lima decidió no renovarle sus licencias ministeriales debido a sus declaraciones alejadas de la doctrina de la Iglesia.
Para ver la cronología completa de la historia de la universidad y el conflicto con la Iglesia, ingrese a: http://www.arzobispadodelima.org/descarga/cronologiapucp/cronologia.pdf