Las comunidades cristianas y el movimiento interreligioso "Mussalaha" ("Reconciliación"), que operan en Siria, están siendo los principales órganos de solidaridad en Damasco dentro del clima de terror y muerte que derraman en la capital el enfrentamiento armado entre el régimen y los rebeldes.
Según informó la agencia Fides, unos 200 mil sirios en Damasco se movilizan por toda la ciudad en su intento de salvar sus vida huyendo de los enfrentamientos. También se reportó que la población vive aterrorizada, mientras que los revolucionarios avanzan en su lucha, adueñándose de barrios, edificios y habitaciones de civiles que se encuentran en medio de la zona de fuego.
Entre este desplazamiento de familias enteras, ancianos y niños, los barrios cristianos de Jaramana, Qassaa, y Bab Touma, se han convertido en oasis de acogida y solidaridad, sin distinción alguna de etnia, comunidad o religión.
Dentro de este marco que define a la comunidad católica, los jóvenes cristianos coordinan la acogida de los nuevos desplazados enviándolos a escuelas, iglesias, y edificios públicos.
Las principales fuentes de ayuda a la población siria llegan desde Caritas Siria y otras organizaciones cristianas, como son el Middle East Council of Churches (Consejo de Iglesias de Oriente Medio), el Patriarcado Greco-ortodoxo, y la Comunidad de San Egidio.
Estos grupos cristianos no solo proveen de alimentos y alojamiento a los desplazados, sino que debido a las extremas condiciones de calor –unos 42 grados de temperatura-, han tomado medidas de limpieza pública que asegure unas condiciones mínimas de salubridad a la población mediante el voluntariado de recojo de basura.
El movimiento interreligioso Mussalaha llegó a Damasco recientemente para pedir a los rebeldes y el régimen la reconciliación y el abandono de las armas.
Extremistas islámicos asesinan a familia cristiana en Damasco
A la tragedia en Damasco, se suman los recientes ataques del grupo radical islámico "Liwa al-Islam" ("La Brigada del Islam"), que asesinó a una familia cristiana en el barrio de Bab Touma.
Los militantes de "Liwa al-Islam" bloquearon el vehículo de Nabil Zoreb, un oficial civil, y le obligaron a bajar con su esposa Violet y sus dos hijos, George y Jimmy, matándolos a quemarropa.
Este grupo extremista se atribuye el asesinato de generales de alto rango del gobierno de Assad, y, además de cristianos, persigue a los fieles al régimen gobernante, así como a desplazados iraquíes que ocupan los suburbios de Oujaira Zanaim y Sada.
Además, al sureste de Damasco, otros combatientes islamitas del grupo “Jehad al nosra”, atacaron las casas de los refugiados iraquíes, saqueándolas, quemándolas, obligando a sus ocupantes a escapar.