El sacerdote Gastón Garatea, impedido de ejercer su ministerio en la arquidiócesis de Lima por sus posturas contrarias a la doctrina católica, consideró como un error el decreto del Vaticano que retira los títulos de "Pontificia" y "Católica" a la ex PUCP en donde labora.
El domingo 22 de julio, en entrevista concedida al programa Agenda Política de Canal N y al ser consultado sobre si el decreto le parece que fue error del Vaticano, el P. Garatea contestó que "a mi modo de ver sí".
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El sacerdote, que el pasado 12 de junio fue nombrado profesor honorario de la ex PUCP, se refirió también a la carta que envió el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano, al rector de la universidad, Marcial Rubio y dijo que "me ha llamado mucho la atención". "No puedo entender la carta porque no es una manera de tratar a la gente en la Iglesia", añadió.
Para el Padre Garatea, el Cardenal Bertone cometió un error con la mencionada misiva.
En la carta (que puede leer aquí http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=37663) el Secretario de Estado del Vaticano informó al rector la decisión de la Santa Sede de retirarle los títulos de "Pontificia" y "Católica" por la persistente negativa de las autoridades de esta casa de estudios de adecuar sus estatutos a "la legislación canónica de la Constitución Apostó1ica Ex Corde Ecclesiae, como debería haberse hecho ya desde 1990".
El Purpurado afirma además que al rector Rubio "le incumbe una concreta responsabilidad en la presente situación" y recuerda los numerosos esfuerzos de la Iglesia por evitar este desenlace.
"La situación irregular que viene atravesando la Universidad no es reciente y ha sido materia de seria preocupación de los tres últimos Arzobispos de Lima, no solamente del actual. La Universidad ha venido incumpliendo las disposiciones legales establecidas, que se ha advertido reiteradamente por escrito", señaló.
Al ser preguntado sobre si las autoridades de la ex PUCP han actuado bien, el Padre Garatea dijo "yo creo que sí. No están exentas de errores, pero creo que no ha habido una rebeldía contra la Iglesia, en ningún momento".
El sacerdote ignoró así lo dicho por el Secretario de Estado en su carta al rector, en donde señala que las autoridades de la universidad, desde 1967 "sin previa y necesaria aprobación de la Santa Sede, han realizado múltiples y sustanciales modificaciones" de los estatutos "perjudicando gravemente los derechos de la Iglesia".
"A la luz del Acuerdo vigente entre Perú y la Santa Sede y del Derecho Canónico consideramos que dichas modificaciones son ilegítimas y que a través de ellas se está ocasionando un expolio a la Iglesia", añade el Cardenal en su carta.
El Padre Garatea dijo luego que "la Iglesia es vertical. Aquí tenemos que entender una cosa que es importante, la democracia no rige en la Iglesia". Tras la afirmación, el entrevistador le recordó que "eso es sabido y usted lo sabía antes de entrar a la Iglesia".
Para concluir la entrevista el presbítero dijo que la actuación de la Iglesia "me parece muy dura… yo pienso en Jesús y digo Jesús no lo hubiera hecho".
La entrevista del Padre Garatea se dio dos días antes de que el Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Mons. Salvador Piñeiro, exhortara a través de un comunicado a las autoridades de la ex PUCP a obedecer el decreto del Vaticano sobre el que expresó su plena adhesión.
El comunicado del también Arzobispo de Ayacucho recuerda que la decisión del Vaticano se toma debido a la "reiterada resistencia, durante más de treinta años" de la ex PUCP "a cumplir con las normas eclesiásticas aplicables a este tipo de universidades".
Debido a sus posturas controvertidas sobre el celibato sacerdotal, a favor de la agenda gay y la píldora del día siguiente, así como por sus críticas a las decisiones pastorales del Arzobispado y de la Santa Sede, al Padre Garatea no se le renovaron sus licencias ministeriales para ejercer el sacerdocio en la arquidiócesis de Lima, lo que generó una avalancha mediática a su favor y en contra de la Iglesia.
Muchos de quienes apoyaron al sacerdote son abortistas, comunistas y agnósticos vinculados a la ex PUCP que destacaron "la fidelidad al Evangelio" del cuestionado presbítero.