El Papa Benedicto XVI hizo un especial llamado a buscar la paz en el mundo entero a través de la armonía del diálogo y evitando siempre el recurso a la violencia y las armas.
Así lo señaló ayer por la noche en su discurso luego del concierto en su honor por el día de San Benito ofrecido por el maestro Daniel Barenboim y los músicos de la West-Eastern Divan Orchestra, realizado en el palacio apostólico de Castelgandolfo.
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El Papa reflexionó sobre el mensaje de la música, concretamente cuando es un grupo de personas el que toca: "pueden imaginar cuánto me alegra acoger a una orquesta cómo esta, que ha nacido de la convicción o, mejor todavía de la experiencia de que la música une a las personas, por encima de cualquier división porque la música es la armonía de las diferencias", indicó.
"De la multiplicidad de timbres de los diversos instrumentos puede nacer una sinfonía. ¡Pero esto no sucede mágica ni automáticamente! Se realiza sobre todo gracias al esfuerzo del director y de cada músico. Un esfuerzo paciente, fatigoso, que exige tiempo y sacrificio, en el esfuerzo de escucharse mutuamente, evitando excesivo protagonismo y privilegiando el éxito del conjunto".
El Papa dijo luego que "mientras expreso estos pensamientos, la mente contempla la gran sinfonía de la paz entre los pueblos a la que todavía no hemos llegado. Mi generación, como la de los padres del Maestro Barenboim ha vivido la tragedia de la Segunda Guerra Mundial y de la Shoah".
"Y es muy significativo que el maestro, luego de haber logrado las metas más altas para un músico, haya puesto en marcha un proyecto como el de la West-Eastern Divan Orchestra: un grupo en el que tocan músicos israelíes, palestinos y de otros países árabes; personas de religión judía, musulmana y cristiana".
Tras resaltar la excelencia profesional de los músicos que ejecutaron las sinfonías quinta y sexta de Ludwig van Beethoven, el Santo Padre dijo que ambas tienen un significado muy interesante ya que expresan dos aspectos de la vida:
"El drama y la paz; la lucha del hombre contra el destino adverso y su inmersión serena en el ambiente bucólico. Beethoven trabajó en estas dos obras casi contemporáneamente. Tanto así es verdad que ambas fueron ejecutadas por primera vez juntas –como esta noche– en el memorable concierto del 22 de diciembre de 1808 en Viena".
El Papa dijo luego que el mensaje de estas piezas "en nuestros días es que para lograr la paz es necesario comprometerse, dejando de lado la violencia y las armas, comprometerse en la conversión personal y comunitaria, con el diálogo y la búsqueda paciente de posibles acuerdos".
"A cada uno de vosotros os deseo que sigáis sembrando en el mundo la esperanza de la paz a través del lenguaje universal de la música", concluyó.