El Presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), Mons. Diego Padrón, señaló que, ante el ocultamiento del gobierno, para los venezolanos "la mayor interrogante ha sido y sigue siendo la verdad sobre la enfermedad del Presidente de la República".
En su discurso de saludo al inicio de la 98 Asamblea Ordinaria Plenaria de la CEV, el también Arzobispo de Cumaná criticó que "el secreto, como estrategia, es uno de los rasgos característicos de la actitud del gobierno. Secreto que no favorece en nada la tranquilidad del país".
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El Prelado subrayó en su mensaje que es algo normal, en una nación democrática, que "sus habitantes conozcan con certeza el estado de salud de sus gobernantes. El temor de la población agotada por la violencia y la inseguridad, ha llegado a ser una crisis de salud nacional".
Hugo Chávez Frías, presidente de Venezuela desde 1999, a quien le fuera detectado un tumor cancerígeno en la zona pélvica a mediados de 2011, ha mantenido un férreo secreto con respecto a la gravedad de su enfermedad.
El 9 de julio de este año, en una conferencia de prensa, Chávez Frías indicó a los periodistas que se encuentra "libre, totalmente libre" del cáncer, mientras se prepara para buscar un cuarto periodo presidencial en las elecciones de octubre de 2012, ante Henrique Capriles.
En una oportunidad anterior, el Presidente venezolano se jactó de haber derrotado completamente a su enfermedad, para luego tener que admitir que sufrió una recaída.
Para Mons. Padrón, esta incertidumbre es preocupante, pues en cualquier país democrático se habla libremente de las enfermedades de sus gobernantes.
El Presidente de la CEV lamentó que "los venezolanos padecemos los mismos problemas de los últimos años y nos hacemos los mismos interrogantes sobre el destino de nuestro país: su democracia, su libertad, su producción, su seguridad".
Ante las próximas elecciones del 7 de octubre, el Prelado señaló la importancia de principios y normas de un trato justo y respetuoso entre los rivales, así como la aceptación de los resultados y sus consecuencias.
Estas condiciones, de acuerdo a Mons. Padrón, convertirán a las elecciones en "una amplia actividad educativa que promueva y facilite el crecimiento del pueblo en democracia y política auténticas".
"La próxima jornada electoral no debe paralizar el país ni fracturarlo en dos partes ni revolverlo en la violencia e incertidumbre. Debe, por el contrario, hacer que se abracen los adversarios, se restablezca la unidad y avance el pueblo en humanismo, cultura y esperanza", concluyó.