Durante la misa de clausura de la campaña "Quincena por la libertad", organizada por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), el Arzobispo de Filadelfia (EEUU), Mons. Charles Chaput, aseguró que el gobierno no puede dar o quitar la máxima libertad que se encuentra en la obediencia a Dios.
Mons. Chaput aseguró que "la verdadera libertad no conoce otra adhesión que a Jesucristo", durante la ceremonia realizada hace unos días en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, en Washington D.C.
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En su homilía, el Arzobispo de Filadelfia subrayó que "la verdadera libertada puede alejarse de cualquier cosa, riqueza, honor, fama, placer. No le teme ni al estado ni a la muerte misma".
"Sólo somos libres en la medida en que nos descargamos de nuestra propia obstinación y practicamos el arte de vivir de acuerdo al Plan de Dios", indicó.
De acuerdo a Mons. Chaput, "cuando hacemos esto, cuando escogemos vivir de acuerdo al propósito de Dios para nosotros, entonces, y sólo entonces, somos verdaderamente libres".
"Esta es la clase de libertad que puede transformar el mundo. Y debe animar todo nuestro discurso sobre libertad, religiosa o de otro tipo".
La campaña por la libertad religiosa, "Dos semanas por la libertad", fue impulsada en respuesta al mandato federal del gobierno de Barack Obama, que exige a empleadores religiosos que proporcionen anticoncepción, esterilización y drogas que causan abortos.
"Dos semanas por la libertad" comenzó el 21 de junio, durante la vigilia de la Fiesta de los santos John Fisher y Tomás Moro, y finalizó con la celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos, el 4 de julio. La Misa de clausura fue celebrada por el Arzobispo de Washington, Cardenal Donald Wuerl, con una homilía realizada por Mons. Chaput.
El Arzobispo de Filadelfia afirmó que el derecho humano a la libertad religiosa es necesario para "crear el contexto" para la "verdadera libertad" ofrecida por Jesucristo, que incluye la liberación del pecado y el regalo de la vida eterna.
Mons. Chaput subrayó que mientras que la libertad religiosa es un "derecho fundamental" y "necesario para una buena sociedad", no es "un fin en sí mismo". Por el contrario, debe ser utilizada para encontrar y vivir la verdad con el fin de alcanzar la santidad, la forma más elevada de la libertad, indicó.
La forma más alta de libertad, que se encuentra a através de la gracia de Dios, "no es algo que el César puede dar o quitar", indicó el Prelado.
Mons. Chaput explicó que "al final, nosotros defendemos la libertad religiosa para vivir la más profunda libertad, que es el discipulado en Jesucristo".
El derecho a la libertad religiosa sólo encuentra su cumplimiento cuando los creyentes "usan esa libertad para buscar a Dios con toda nuestra mente, alma y fuerza".
Entre las lecturas de las Escrituras para el 4 de julio, estaba la confrontación de Jesús y los fareseos sobre el tema de los impuestos. Así como Cristo observa la imagen del César en la moneda romana, le dice a sus oyentes que "den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".
Mons. Chaput remarcó que en ese pasaje Jesús no está simplemente "siendo listo" u ofreciendo un "comentario político".
El Prelado señaló que el razonamiento de Cristo se remonta a la creación de la humanidad "a imagen de Dios". Mientras que la moneda "lleva la imagen del César" y "es del César", la persona humana lleva la imagen del creador más que de la autoridad gobernante.
El Arzobispo de Filadelfia indicó que de esa forma, Jesús "hace una reivindicación de cada ser humano. Él está diciendo ‘den al César aquellas cosas que llevan la imagen del César, pero de forma más importante, den a Dios lo que lleva la imagen de Dios, en otras palabras, tú y yo".
"Todos nosotros pertenecemos a Dios y sólo a Dios", afirmó.
Mons. Chaput señaló que "el César es una creatura de este mundo, y el mensaje de Cristo es intransigente: No debemos dar al César nada de nosotros mismos".
El Prelado dijo que si bien el patriotismo tiene su lugar, como una expresión de justicia y caridad, los creyentes no podemos identificarnos finalmente con un hogar terrenal.
"(Dios) nos hizo para más que el mundo. Nuestro hogar real no está aquí", recordó.
Como creyentes que se comprometen a garantizar la libertad de la Iglesia en la sociedad, también deben preguntarse a sí mismos "algunas preguntas inquietantes" sobre lo que deben "realmente dar a Dios" en la vida cotidiana, señaló el Arzobispo.
"El esfuerzo político y jurídico para defender la libertad religiosa, tan vital como es, es parte de una lucha mucho mayor para dominar y convertir nuestros propios corazones, y vivir para Dios por completo, sin coartadas o un autoengaño", señaló.
Mons. Chaput dijo que "la única pregunta que finalmente importa es una: ¿Viviremos de todo corazón por Jesucristo? Si es así, entonces podemos ser una fuente de libertad para el mundo. Si no, nada haremos.
"Al dejar esta Misa hoy, necesitamos entregar al César aquellas cosas que llevan su imagen. Pero necesitamos entregarnos nosotros mismos a Dios, generosa y celosamente, sin conservar nada para nosotros".
El Arzobispo de Filadelfia señaló que de esta forma, los católicos cumplirán sus legítimos deberes cívicos, mientras que también "de forma mucho más importante", ofrecerán sus vidas "como discípulos de Jesucristo".