El Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano, Cardenal Angelo Amato, señaló que el mártir indio del siglo XVIII, Devasayam Pillai, constituye un ejemplo a seguir ante la persecución contra los cristianos en la actualidad.
En entrevista concedida al diario vaticano L’Osservatore Romano y hablando sobre los testigos de la fe cuyos decretos han sido aprobados por el Papa el pasado 28 de junio, el Cardenal resaltó que "la historia de este mártir es verdaderamente extraordinaria".
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Pallai, señaló el Cardenal, "era un hindú de una casta alta, la de los guerreros. Cuando se convirtió al cristianismo recibió críticas y fue perseguido por parte de sus connacionales hindúes, pero no solo sufrió eso".
"Fue apresado y torturado con toda clase de suplicio, pero persistió heroicamente hasta el fin para no renunciar a su fe bautismal. Entonces es una bellísima y gran figura de testimonio para la India de hoy, porque también en estos tiempos la Iglesia en India es perseguida, pero mantiene alta la fe en Cristo", dijo el Purpurado.
Pillai, nacido el 23 de abril de 1712, fue educado en una de las altas castas de la India, país en el que los estratos están muy definidos y en el que los cristianos suelen estar entre las castas más bajas, conocidos además como los "intocables" por prohibírseles el contacto con los demás estratos.
Estudió artes marciales y arquería. Se convirtió a la fe católica y recibió el bautizo el 14 de mayo de 1745 en la diócesis de Kottar, tomando el nombre de Devasayan, que en la lengua tamil es el equivalente a Lázaro.
Su conversión, junto a la de su esposa que tomó el nombre de Gnanapoo Ammaal (Teresa en lengua tamil) tuvo su origen en su amistad con el capitán holandés Eustachius De Lannoy, quien en 1741 lideró una expedición hacia la India para controlar el puerto de Colachel en Travancore. Fue hecho prisionero y luego perdonado con la condición de servir en las fuerzas armadas locales.
La conversión de Pallai generó la ira y la confrontación de las autoridades locales ya que se mezclaba con personas de otras castas. Fue falsamente acusado de revelar, trabajando al servicio del rey de Travancore, secretos de Estado a grupos rivales y a naciones europeas.
Fue arrestado el 23 de febrero de 1749 a causa de su fe católica, fue torturado y durante tres años fue llevado de pueblo en pueblo para mostrar lo que le pasaba a los que se convertían del hinduismo al cristianismo.
Este periodo lo pudo sobrellevar gracias a la oración y a la predicación de la fe con quien quisiera escucharlo. Recibía la comunión de manera secreta por parte de sacerdotes que lograban ingresar a su celda.
Devasayan Pallai fue fusilado el 14 de enero de 1752 en la localidad de Aralvaimozhi, en Tamil Nadu. Su cuerpo fue lanzado en una pila de roca y dejado allí para ser devorado por los animales. Los restos fueron rescatados y sepultado en el altar de la iglesia de San Francisco en Kottar.
Con la declaración hecha por el Papa que aprueba su martirio, a Devasayan Pallai solo le falta que las autoridades eclesiásticas definan la fecha de su beatificación.