El Arzobispo de Piura y Tumbes, Mons. José Antonio Eguren alentó a defender la vida desde el vientre materno y recordó que cuando los derechos humanos se separan de la ley natural, pierden su verdadero sentido.
Al celebrar la Misa por la fiesta del nacimiento de San Juan Bautista y el 25 aniversario de la Diaconía para la Justicia y la Paz de su jurisdicción, Mons. Eguren recordó que "el Precursor del Señor fue santificado en el vientre de su madre Santa Isabel por el mismo Cristo que ya se había encarnado en María".
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"Todo ello nos habla que desde la concepción ya hay una persona humana que tiene el derecho sagrado e inviolable a la vida", indicó y pidió hacer "todos los esfuerzos posibles por defender a los concebidos no nacidos; porque crezca una mayor conciencia del valor sagrado de la vida desde la concepción hasta su fin natural; porque todos rechacen el aborto, que es el crimen más abominable de todos porque asesina una vida inocente. El aborto es el mayor destructor de la paz".
Agregó que el santo fue "el profeta comprometido con la verdad" y por eso pidió trabajar "generosamente por una defensa de la verdad de la persona humana, de su dignidad y libertad desde Cristo, que es el hombre nuevo y perfecto, en plena fidelidad y sintonía con la Doctrina Social de la Iglesia".
En este sentido, recordó que en "la defensa y promoción de los derechos humanos", no se puede partir de "una selección caprichosa y antojadiza de los mismos como hoy algunos hacen, sino de todos los derechos humanos, comenzando por el derecho a la vida que es el derecho primero y fundamental donde se asientan todos los demás".
"Los derechos humanos se basan en la ley natural inscrita en el corazón del hombre y por ello están presentes en todas las culturas y civilizaciones. Arrancar los derechos humanos de este contexto significaría restringir su ámbito y ceder a una concepción relativista, según la cual el sentido y la interpretación de los derechos podrían variar, negando su universalidad en nombre de los diferentes contextos culturales, políticos, sociales e incluso religiosos", indicó.
La Diaconía para la Justicia y la Paz fue creada como una institución del Arzobispado de Piura, que forma parte de la Pastoral Social y se encarga de velar por la promoción y defensa de los derechos humanos en la Arquidiócesis, con especial incidencia en los derechos de las personas más vulnerables.