En declaraciones dadas a conocer hoy en Roma (Italia) por la oficina de prensa en este país del Opus Dei, la primera y única Prelatura Personal de la Iglesia Católica, se explica la naturaleza de la figura que se utilizará para la solución al conflicto con los lefebvristas.
Esta mañana la Sala de Prensa de la Santa Sede dio a conocer un comunicado sobre la reunión entre el obispo Bernard Fellay, Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (lefebvristas) y el Cardenal William Levada, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano.
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El comunicado del Vaticano señala que en el encuentro "se ha entregado un borrador de documento que propone una Prelatura Personal como el instrumento más adecuado para el eventual reconocimiento canónico de la Fraternidad".
La nota precisa que si bien esta solución es definitiva, será parcial, dado que no sería aceptada por los otros tres obispos de la Fraternidad ordenados en 1988 por el arzobispo Marcel Lefebvre, en el evento que desencadenó el cisma.
Al respecto, la oficina de prensa del Opus Dei en Roma señaló en un comunicado firmado por su responsable, Manuel Sánchez, que "si se llega a la plena comunión de la Fraternidad de San Pío X con la Sede Apostólica, será una gran alegría".
"Por lo que se refiere a la configuración jurídica propuesta, cabe recordar que la figura canónica de la prelatura personal es muy amplia y permite encuadrar a realidades distintas, que tienen en común estar compuestas de prelado, presbiterio y fieles que siguen perteneciendo a las diócesis en las que viven. Por eso no es extraño que se haya pensado en esta solución para unir a los fieles que siguen la Fraternidad de San Pío X", explica.
La amplitud de esta figura jurídica explica que, en el mismo marco, quepa una realidad como la del Opus Dei (que tiene una misión pastoral específica, dirigida a fomentar en medio del mundo la unión con Dios y el apostolado de los fieles, especialmente a través de la santificación del trabajo profesional y de la vida familiar); "y otra, como esta posible nueva prelatura, en la que parece que se daría una jurisdicción más general sobre los fieles, para la administración de todos los sacramentos, en el marco litúrgico anterior a la reforma de Pablo VI".
"En todo caso, como decía al inicio, será un motivo de agradecimiento a Dios y al esfuerzo de unidad que está realizando el Santo Padre", concluye el texto.