El Padre Jean Pierre Teullet explicó que hay un interés de sectores izquierdistas y anticlericales de usar el tema de la no renovación de las licencias ministeriales al P. Gastón Garatea para perjudicar a la Iglesia Católica y al Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima.
"Hay interés que Garatea sea bien visto y el Cardenal no. Éstos responden a intereses más de fondo que solo un problema eclesial, y es que un diario (La República) pro aborto, anticlerical, liberal, comunista y con una agenda clara le resulta conveniente hacer quedar mal a la autoridad máxima de la Iglesia en Lima que defiende la doctrina católica contraria a la suya, y enarbolar a quien supuestamente desde la Iglesia debería defender la doctrina católica pero en realidad defiende puntos que este diario y otras personas propagan, convirtiéndose en un abanderado de este tipo de pensamiento, contrario a la fe".
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En un artículo enviado ACI Prensa y publicado en nuestro sitio web con su autorización, el sacerdote recordó que es potestad del Arzobispo renovar o no las licencias ministeriales a los presbíteros previa verificación de si este cumple con fidelidad las enseñanzas de Cristo, compromiso que aceptó libremente al asumir el ministerio sacerdotal.
En el caso del P. Garatea, indicó, durante seis años fue llamado por el Cardenal Cipriani para que corrigiera sus posturas que entraban en conflicto con la doctrina católica, como fueron sus opiniones favorables a las uniones civiles homosexuales o su cuestionamiento del celibato sacerdotal en algunos casos.
"Finalmente desautorizó al Cardenal varias veces, pero en especial con el apoyo que dio a la abortiva píldora del día siguiente (en algunas entrevistas televisivas y en periódicos)", señaló.
"El padre Garatea al desobedecer a la Iglesia lo hace a Dios y con ello defrauda a las personas que confiaron en él", advirtió el P. Teullet.
Añadió que el sacerdote también pertenece a la corriente marxista de la teología de la liberación y como tal dejó de lado sus labores pastorales para tomar posturas conflictivas que decían estar a favor de los pobres, pero se fue "sin dejar una auténtica plataforma de trabajo social como postas, colegios y demás asistencias concretas para las personas necesitadas" en una zona alto andina pobre como Ayaviri (Puno), donde estuvo designado.
Por ello, dijo que no es extraño que ahora lo defiendan "diarios anticatólicos y liberales como la República, la Primera y Diario 16, cuyas agendas son abortistas, liberales y conflictivas"; así como personajes públicos de la misma línea.
"Casi todas estas personas o instituciones no solamente no profesan la fe católica, sino que son enemigos de ella y, para sorna, no pisan una Iglesia ni una Misa, la cual dicen defender en el caso de Garatea (…). ¿Será que Garatea con esta desobediencia a la Iglesia les cae como anillo al dedo para justificar sus posturas?", preguntó.
Sobre los sacerdotes que lo defienden, indicó que ninguno ejerce en Lima, casi todos pasan los 70 años de edad y pertenecen a la teología marxista de la liberación. Con respecto a las religiosas, señaló que son unas cuantas también inclinadas a la ideología marxista ya descrita, tienen cerca de 70 años y con nulas vocaciones en sus conventos.
De los obispos, solo el Obispo Emérito de Chimbote, Mons. Luis Bambarén –también proclive a la teología marxista de la liberación-, lo defiende. "Los demás obispos que se han pronunciado es en contra de Garatea", afirmó.
El P. Teullet recordó a los fieles que la Iglesia se enfrenta a la dictadura del relativismo, donde "aquellos que hablan de libertad y tolerancia son el fondo los verdaderos promotores de la esclavitud y los menos tolerantes, pues quieren hacernos esclavos de sus postulados y cuando uno se le opone y discute, lo tachan y agravian. Esto es lo que ha pasado con el caso Garatea".
Finalmente, tras reafirmar la vocación de la Iglesia por los pobres -25% de los trabajos de asistencia a pobres en todo sentido a nivel mundial los realiza la Iglesia-, llamó a seguir proclamando sin temor la verdad del Evangelio, sabiendo que siempre habrán enemigos que buscarán atacar a la Iglesia.
Sobre el P. Garatea, expresó su deseo de que tome conciencia de que la gente espera ver en él a otro Cristo "y no a un funcionario gubernamental, a un sindicalista, a un conflictivo, a un agitador de masas o a alguien que diciendo servir y predicar a Cristo, a veces hace y dice lo contrario defraudando al que lo llamó y a la gente que espera algo de él".