Un jubilado español de 80 años ha dedicado más de 20 años de su vida a transcribir a mano la Biblia y regalar copias con la finalidad de dar a conocer a Dios y su obra de salvación.
Jaime Alamar, viudo, con dos hijos y cuatro nietos, es un anciano feligrés de la parroquia de Jesús Maestro de Valencia (España) que cada día dedicó un espacio de su tiempo para realizar la transcripción completa de la Sagrada Escritura y, además, dibujar las ilustraciones que la acompañan.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En su proeza ha empleado más de 30 mil folios (páginas) escritas con un bolígrafo de color negro y cientos de colores para las ilustraciones, y ahora continúa haciendo copias aparte de los libros de la biblia, los encuaderna y ofrece gratuitamente a quien se lo pide.
Desde hace 40 años Alamar es voluntario en la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Valencia. Se levanta todos los sábados a las seis de la mañana para ir a la casa de las religiosas y ayudar a lavar los pies y afeitar a los acogidos.
En declaraciones a la agencia AVAN, el anciano destacó la importancia de "ser testigos vivos de Dios, darlo a conocer y hacer el bien, no tengo más meta", señaló y a la vez expresó su preocupación porque "la gente no se entere de que sin Dios estamos perdidos".
El octogenario también ha transcrito la vida de algunos santos como San Juan de la Cruz y San Felipe Neri, de quien es devoto.
En la actualidad, está copiando el tercer tomo del libro "La imitación de Cristo" del beato Tomás de Kempis, del que viene realizando 20 ejemplares a mano debido "a las numerosas peticiones de amigos".
Además, escribe sus propias oraciones en la página final de cada uno de sus libros, que recopila luego en ejemplares individuales.
El jubilado ha confesado que hay personas que le ofrecen dinero por los libros que transcribe, pero que nunca lo aceptará porque "lo único que quiero es dar a conocer a Dios y no hay mejor forma de hacerlo que sin recibir nada a cambio, sólo el bien que hace su palabra".