La agencia AICA dio a conocer que a los 82 años de edad, el 19 de mayo falleció el Padre Ítalo Giuseppe Varvello. De sus 60 años como sacerdote, 45 los vivió incansablemente al servicio de la Iglesia en Argentina, concretamente en Neuquén.
El Padre Ítalo nació en la localidad de Grana, provincia de Asti, Italia, el 29 de julio de 1929. Ingresó al seminario con apenas 11 años en 1940 y fue ordenado sacerdote el 22 de junio de l952. Tenía casi 23 años de edad.
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Inició su ministerio sacerdotal en parroquias de la diócesis de Casale Monferratto, preparándose para una vida misionera en África, vocación que abrigaba desde el seminario.
Sin embargo, en 1967 se estableció en Neuquén, tras una solicitud del Obispo Jaime de Nevares. Desde el principio lo acompañó la hermana Mariuccia Deambrogio, laica consagrada italiana perteneciente al Grupo Misionero Nostra Signora Regina de Crea.
AICA señala que "juntos, el Padre Ítalo y Mariuccia, llevaron adelante una gran obra evangelizadora en el árido Neuquén. A la creación de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes el 24 de enero de 1996, le siguieron muchas fundaciones:
El Hogar para niños huérfanos y desvalidos –los "hijos" y "nietos" del Padre Ítalo–, el Programa Belén para madres jóvenes y embarazadas en riesgo de abortar, el grupo scout, la Radio Divina Providencia (que lleva casi 20 años en el aire).
En 1998, el Padre Ítalo concretó un antiguo anhelo: la creación de un grupo pro-vida, nacido bajo la inspiración de la encíclica "Evangelium vitae" del Beato Papa Juan Pablo II.
Surgió así el grupo V.I.D.A. (Vida Imagen de Amor).
Cuando construyó el templo de su parroquia hizo inscribir en piedra, junto a la imagen de Nuestra Señora de Lourdes, la siguiente inscripción:
En memoria de los niños jamás nacidos.
"A ustedes, niños asesinados antes de nacer,
Para los que ley, libertad y progreso
Fueron dictadura, tiranía y verdugo.
Para ustedes ni amor, ni lágrimas, ni tumba,
La civilización fue vuestra enemiga.
Pero ustedes viven en Cristo".
Durante las exequias del padre Ítalo un fiel laico
"Nos queda conservar su ejemplo y recordar su tránsito por esta vida, con alegría pero también con veracidad. Cultivó la obra santa, no el discurso ideológico. Realizó mucho, predicó más, discurseó nada.
El Padre Ítalo Varvello no fue un promotor social, por más que haya atendido a la comunidad más que varios gobiernos juntos. Fue un sacerdote de Cristo al servicio de la caridad.
El Padre Ítalo fue más que un defensor de la vida, por más que haya sido precursor en la Argentina en la lucha contra la cultura de la muerte. Fue un sacerdote de Cristo al servicio de la inviolable sacralidad de la vida.
El Padre Ítalo no fue un comunicador social por más que su radio Divina Providencia haya estado en el aire por casi 20 años. Fue un sacerdote de Cristo al servicio de la Verdad.
El Padre Ítalo fue un sacerdote de Cristo Rey, fiel al Señor y a su Iglesia. Donde Ítalo estuvo, allí estuvo Roma. Continuar su obra no es más que ser fieles a la Iglesia a la que él entregó su vida".