"En Etiopía he comprendido de verdad el Evangelio", afirmó Mons. Angelo Moreschi, Vicario Apostólico de Gambella (Etiopía), en una nota difundida por la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), que destaca el aprecio de la población por la labor del obispo.
Natural de Brescia (Italia), el obispo es recibido por los niños que gritan "Abba Angelo" cuando ven aparecer el viejo jeep blanco en el que se transporta. Incluso los soldados le hacen señales y le dejan pasar.
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A punto de cumplir este 13 de junio 60 años de edad – de los cuales 30 años ha dedicado a Etiopía-, el Prelado vive en el Vicariato Apostólico de Gambella lo que la mayoría de las personas identifican con África, su vida salvaje, los conflictos, el hambre y la pobreza; pues la falta de recursos solo permite construir frágiles capillas que son arrancadas cuando hay tormentas violentas.
Para paliar en algo el hambre, Mons. Moreschi lleva galletas de alto valor nutritivo a los niños cuando visita los pueblos. Los menores se ponen en fila y luego de recibir su paquete y la bendición, juntan las manos atentamente y rezan concentrados.
"En cada una de las numerosas capillas de pueblo se ve a niños de cabello rizado esclarecido por la desnutrición. La mayoría de ellos morirá porque no tienen resistencias y porque las enfermedades se los llevarán", relató AIN.
Sin embargo, eso no detiene el deseo de los niños por ser evangelizados, pues todos los días piden al catequista que les narre las historias de la Biblia infantil donada por AIN y que ya luce gastada por el uso.
"Aquí, la Iglesia católica es bienvenida. Muchas personas dicen a los sacerdotes: ‘Cuando llega la Iglesia católica, todo se vuelve fértil’. Se sorprenden: ‘Donde está la Iglesia hay agua. El Gobierno nos da agua mala, pero la Iglesia nos trae agua buena. Queremos a vuestro Dios; ¡por favor, venid también aquí!’", indicó la organización católica.
Sin embargo, la labor de la Iglesia va más allá y también trabaja por la reconciliación entre tribus, pues una y otra vez se producen luchas sanguinarias entre los grupos que se dedican a la agricultura y los que cuidan sus rebaños. "Es el conflicto entre Caín y Abel, tal y como lo conocemos por la Biblia", afirma el Prelado, ante lo cual quiere enseñar que existen otros caminos diferentes a la violencia.
Sin embargo, AIN advirtió que "no es fácil vaticinar cómo acabará la historia; la situación en la región es altamente explosiva. Recientemente, los rebeldes acribillaron a balas a ocho hombres que vinieron de fuera y trabajaban en una granja. El padre Philip, un salesiano italiano, vio incluso sus féretros en el aeropuerto. Poco después fue asesinado un paquistaní, un latifundista".
"La región está en plena efervescencia; extranjeros ricos compran superficies inmensas de terreno, tan grandes como algún país europeo. En cada avión llegan inversores extranjeros; por contra, la gente del país es expropiada. ‘Imaginaos que media Alemania fuera vendida a indios y paquistaníes’, explica el Obispo Angelo. La población del país no se beneficia de ello, sino que ve cómo se pierde la base de su existencia", añadió.
Un sacerdote etíope dijo que al final "acabarán matando a todos los extranjeros" y por tanto el Obispo y los sacerdotes extranjeros deberían preocuparse. Sin embargo Mons. Moreschi confía en la buena fama de la Iglesia dentro de la población. "¡Qué va! Si la gente nos conoce. Habéis visto cómo nos han saludado", expresó.
La nota completa se encuentra en :http://www.ain-es.org/fichaNoticias/detalleNoticia.aspx?identificador=897