El Papa Benedicto XVI señaló que el amor al Señor Jesús es el alma y la razón del ministerio sacerdotal, pues “si Cristo, para edificar su Iglesia, se entrega en las manos del sacerdote, éste a su vez, se debe encomendar a Él sin reservas”.
Durante su visita a Milán en el marco del VII Encuentro Mundial de las Familias, al celebrar la Hora Media en la Catedral de la ciudad, junto a sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas, Benedicto XVI destacó que “no hay oposición entre el bien de la persona del sacerdote y su misión”.
“La caridad pastoral es elemento unificador de vida que parte de una relación cada vez más íntima con Cristo en la oración para vivir el don total de sí mismos por la grey, de modo que el pueblo de Dios crezca en la comunión con Dios y sea manifestación de la comunión de la Santísima Trinidad”.
Benedicto XVI indicó que “sin duda, el amor por Jesús vale para todos los cristianos, pero adquiere un significado singular para el sacerdote célibe y para quien ha respondido a la vocación a la vida consagrada”.
“Sólo y siempre en Cristo se encuentra la fuente y el modelo para repetir cotidianamente el ‘sí’ a la voluntad de Dios”.
El Papa también remarcó la importancia de la oración cotidiana de la Liturgia de las Horas, e indicó que esta constituye una tarea esencial de los sacerdotes.