El domingo de Pentecostés el Obispo de Orihuela-Alicante, Mons. Rafael Palmero, culminó la fase diocesana del proceso de canonización de Rebeca Rocamora, una joven catequista que falleció en 1996 a los 20 años de edad luego de una larga enfermedad y que fue conocida por su devoción y entrega a los demás.
La ceremonia se realizó en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de la localidad alicantina de Granja de Rocamora, donde Rebeca fue bautizada el 21 de septiembre de 1975.
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Ahora la documentación sobre "la vida, virtudes heroicas, fama de santidad y signos de la joven sierva de Dios" será enviada a la Congregación para las Causas de los Santos.
El proceso de canonización de la joven catequista se inició en 2009. A la ceremonia del domingo asistieron familiares y amigos de Rebeca, cuya vida es cada vez más conocida en España y otros países.
La Diócesis Orihuela-Alicante afirma que la vida de Rebeca "estuvo siempre ligada a la Iglesia. A pesar de sufrir una dura enfermedad con tan solo 10 años, no perdió la fe, llegando incluso a ser catequista. Su historia dejó huella en sus familiares, amigos y vecinos".
El 14 de marzo de 2009, Mons. Palmero inició su proceso de canonización "para que su ejemplo sirva de estímulo para la juventud y para los catequistas".
Su vida
Rebeca nació el 7 de septiembre de 1975 en Granja de Rocamora en el seno de una familia cristiana. De cabello rubio, grandes ojos azules y mirada serena, destacó desde pequeña por su sonrisa, inocencia y vitalidad.
En 1985 contrajo una grave enfermedad y la aceptó con entereza y fortaleza, convirtiéndose para todos los que la tratan en ejemplo de alegría, humildad, sencillez y caridad.
Según informó la diócesis, "más tarde, ante la aparición de una nueva e imprevisible enfermedad, su alma madura rápidamente, animando a todos y aceptando su destino. Muchos testimonios constatan esta vivencia cercana, cotidiana, escondida pero extraordinaria, de unas virtudes humanas y cristianas que apuntan a un corazón en que la fe se hizo grande y profunda. En sus últimos días, su respuesta a quienes le insistían en que pidiera salud era: ‘Es que el Señor ya sabe que, si conviene, me la tiene que dar. Yo le pido que aumente mi fe’".
Falleció el domingo 26 de mayo de 1996 (solemnidad de Pentecostés) dejando un testimonio de vida llena de juventud y hermosura entregadas a Dios, con sólo 20 años de edad.
Para conocer más sobre la vida de Rebeca Rocamora se puede visitar el sitioweb www.rebecarocamora.es