El director de la Sala de Prensa del Vaticano, Padre Federico Lombardi expresó el repudio y dolor del Papa Benedicto XVI por la masacre de Hula, al norte de Homs (Siria), en la que la semana pasada más de cien personas, la mayoría mujeres y niños menores de 10 años, fueron salvajemente asesinados por soldados y milicianos afines al régimen de Bashar al Asad.
Mientras el gobierno culpa a terroristas armados de lo ocurrido en Hula, los sobrevivientes señalan al ejército y la milicia progubernamental conocida como shabiha como autores de la masacre.
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Los asesinos usaron tanques y artillería pesada contra los pobladores, también entraron casa por casa para acribillar y degollar a sus víctimas.
Las imágenes de la barbarie han dado la vuelta al mundo y han motivado una condena de la ONU y la comunidad internacional. Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, España, Canadá, Australia e Italia han expulsado a los diplomáticos sirios de sus países.
En un comunicado de prensa, el Padre Lombardi indicó que esta masacre "crea gran dolor y profunda preocupación tanto al Santo Padre como a la completa comunidad católica".
"Al renovar su llamado al cese de toda forma de violencia –continua el texto-, la Santa Sede exhorta a las partes interesadas y toda la comunidad internacional a no ahorrar esfuerzos para resolver la crisis a través del diálogo y la reconciliación".
"También los líderes y los creyentes de las diversas religiones, con la oración y la colaboración eventual, están llamados a promover con gran compromiso la deseada paz, para el bien de toda la población", concluye el comunicado.
El conflicto de Siria ha dejado más de diez mil muertos desde que estalló en enero de 2011.
La lucha armada entre opositores y militantes de Bashar al Asad –que gobierna Siria desde el año 200, sucediendo a su padre que gobernó el país por 30 años- fue influida por las protestas de Túnez, Egipto y Libia, donde la población logró derrocar a antiguas dictaduras.