El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, invitó a los fieles a prepararse para la próxima proclamación de San Juan de Ávila como doctor de la Iglesia conociendo la vida y obra de este santo, para así afrontar la nueva evangelización con nuevos métodos y renovado ardor misionero.
En una carta enviada a ACI Prensa el 3 de mayo, Mons. Fernández explicó que cuando la Iglesia declara doctor a un santo "está proponiendo a una persona que ha destacado por su santidad, que ha sabido explicar y proponer el misterio cristiano con sabiduría y que ha influido con su doctrina en la Iglesia universal".
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En ese sentido, destacó el testimonio de San Juan de Ávila, que "nos anima hoy especialmente a afrontar la nueva evangelización, para que el Evangelio de Jesucristo llegue a todos los hombres. Nos anima con su celo apostólico a superar barreras, a buscar nuevos métodos, a renovar el ardor misionero con que él predicó por estas tierras, que le han merecido el título de Apóstol de Andalucía".
Por ello, indicó, la Conferencia Episcopal Española exhortó a los fieles a prepararse lo mejor posible para su próxima proclamación como doctor de la Iglesia, conociendo su vida, leyendo su doctrina, imitando su ejemplo, acudiendo a su intercesión y difundiendo su devoción. "El próximo 10 de mayo es su fiesta, y la celebraremos con toda solemnidad en Montilla", donde pasó sus últimos, afirmó.
Su vida
San Juan de Ávila nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) en 1500 y murió en Montilla en 1569. Después de estudiar en Salamanca y Alcalá, quiso partir para México como misionero, pero fue retenido por el Arzobispo de Sevilla, por lo que se quedó en España ejerciendo su ministerio sacerdotal.
Fue presbítero de Córdoba durante más de treinta y cinco años. Luego viajó a Granada, Zafra, Baeza, y otros lugares donde fue conocido por sus predicaciones, catequesis, confesiones, dirección espiritual y escritos.
Se asentó en Montilla durante los últimos diecisiete años de su vida, desde donde escribió sus principales escritos y cartas, recibió visitas de muchos santos que buscaban su consejo, como San Francisco de Borja, San Juan de Dios, entre otros.
Falleció en Montilla el 10 de mayo de 1569. Ahora este lugar es centro de peregrinación de parroquias, sacerdotes, seminarios enteros, obispos y personalidades.
Mons. Fernández informó que el Santuario San Juan de Ávila, donde se guarda su sepulcro, será muy pronto Basílica pontificia. Dentro está "la capilla de la que un día salió tanto fuego, que alarmó a los vecinos pensando que era un incendio, y sin embargo, era fuego de amor a Cristo sacramentado por parte de san Juan de Ávila".
"Toda esa casa, antigua trasera de la casa señorial de los Marqueses de Priego, es un relicario precioso, en la que se percibe como presente el espíritu de Juan de Ávila", afirmó.