El invidente y activista pro-vida Chen Guangcheng confirmó su deseo de dejar China rumbo a Estados Unidos, y pidió ayuda para este propósito al gobierno de Barack Obama.
Guangcheng testificó telefónicamente el 3 de mayo en una audiencia de emergencia de la Comisión Ejecutiva del Congreso de Estados Unidos sobre China. Desde su habitación en el hospital de Chaoyang, en Beijing (China), dijo que quiere reunirse con la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Espero que pueda conseguir más ayuda de ella", dijo.
Chen también pidió que se garantice su libertad de circulación en China y dijo que quiere ir a Estados Unidos para descansar, cosa que no ha hecho en los últimos 10 años.
La mayor preocupación del activista chino es, en este momento, la seguridad de su hermano y su anciana madre, cuyo estado de salud no ha podido confirmar.
Otros testigos revelaron en la audiencia del Congreso la brutalidad ejercida por el gobierno chino contra quienes están en desacuerdo con su política, así como el manejo de Estados Unidos de la situación.
Para ellos, la difícil situación que atraviesa Chen forma parte del amplio problema de las violaciones de los derechos humanos en China.
El trabajo del activista pro-vida lo ha convertido en el blanco de la persecución del gobierno. Chen pasó más de cuatro años en prisión, para luego ponerlo bajo arresto domiciliario, donde, según su testimonio, junto a sus familiares fueron golpeados y se les negó el tratamiento médico.
Recientemente, tras permanecer por más de un año y medio bajo arresto domiciliario, Chen escapó y se trasladó a Beijing, donde obtuvo la protección de Estados Unidos. Su fuga se produjo poco antes de que Hillary Clinton y otros funcionarios diplomáticos estadounidenses llegaran a China para reuniones programadas previamente.
El 2 de mayo, los funcionarios estadounidenses anunciaron que se había conseguido un acuerdo, y que Chen salió de la embajada estadounidense en Beijing rumbo a un hospital local, donde recibiría tratamiento médico y se reuniría con su esposa y sus dos hijos.
De acuerdo a los funcionarios de Estados Unidos, el gobierno chino prometió tratarlo con humanidad y permitirle a Chen trasladarse con su fa le permiten moverse con su familia a un lugar seguro en el país para cursar estudios superiores.
Sin embargo, en recientes entrevistas con la prensa, Chen indicó que tenía miedo por la seguridad de su familia y que quería dejar el país.
Antes de la audiencia en el Congreso, algunos de los testigos oficiales hablaron sobre la situación de Chen en una conferencia de prensa en la Fundación Heritage con sede en Washington D.C.
Bob Fu, presidente de la organización de derechos humanos ChinaAid, con sede en Texas, dijo que había hablado con Chen la noche anterior y él estaba llorando y se sentía "aislado". Chen reveló que le dijeron que si no salía de la embajada el 2 de mayo, no debía esperar que se reúna con su familia.
El activista pro-vida señaló sentirse "presionado" para salir de la embajada, según Fu, y que no tenía otra opción porque no quería abandonar a su familia para ser torturados.
Fu cuestionó el manejo del gobierno de Estados Unidos de la situación, preguntando por qué la familia de Chen no había sido llevada a la embajada para que todos puedan hablar con seguridad sobre su futuro.
Reggie Littlejohn, una experta en la política del hijo único de China, cree que ese país está tratando de sentar un precedente con el caso de Chen, para mostrar lo que le sucede a las personas que se oponen a sus políticas.
Littlejohn es fundadora y presidenta de Derechos de la Mujer Sin Fronteras, una organización que trabaja para oponerse a los abortos forzados en China, Littlejohn también testificó en la audiencia.
La experta observó que en la cobertura mediática de la difícil situación que atraviesa Chen, la mayor parte de la prensa no se ha preocupado por la causa por la que ha luchado el activista chino.
Chen Guangcheng ha trabajado para documentar los "horribles" casos de violaciones de los derechos humanos en relación a la política del hijo único en China, explicó Littlejohn. Él ha hablado en contra de esterilizaciones y abortos forzosos, así como otros "sufrimientos de los que no se habla" que la política ocasiona en las mujeres, dijo.
Littlejohn precisó además que Estados Unidos "ha manejado seriamente muy mal toda esta situación".
La presidenta de Derechos de la Mujer Sin Fronteras explicó que el pueblo chino ha considerado durante mucho tiempo la embajada de Estados Unidos como un lugar seguro, y ahora se siente muy "traicionado" de que este país pueda devolver al activista al gobierno, que probablemente no mantendrá sus promesas de tratarlo con humanidad.
Para Littlejohn, la forma en que Estados Unidos ha abordado la situación ha ocasionado "un daño incalculable" a su reputación como defensor de derechos humanos.
Por su parte, los funcionarios estadounidenses afirmaron que Chen había dicho que quería permanecer en China y que nunca pidió ir a Estados Unidos. Reconocen que ahora parece haber tenido un "cambio de corazón", y que están planeando discutir varias opciones con él.