El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani presidió la Santa Misa de profesión perpetua de once religiosas de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, el lunes 30 de abril.
Según señala la nota de prensa del Arzobispado de Lima, el Cardenal las animó a vivir alegres su vocación, dedicando amplios momentos a la oración. "El trabajo con los ancianitos solamente será un trabajo delante de Dios si no abandonan nunca la oración. Pongan amor donde no hay amor y encontrarán amor; pongan alegría donde no hay alegría y encontrarán alegría", reflexionó.
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"Solo serán fieles si no pierden nunca ese espíritu de oración. Se puede orar cuando se cuida al ancianito, cuando se prepara la comida, cuando se plancha y en cada momento del día. Solo así tu corazón y tus pensamientos se van poniendo en el Sagrario y desde el Sagrario y en nombre de Cristo lavas, cocinas, limpias, te levantas temprano, obedeces, estás alegre. No te canses", prosiguió.
"El camino de fidelidad está en sus constituciones. Pide ayuda en tu comunidad, a la superiora, y encuentra la luz en el Sagrario. Sé que el horario que tienen no es fácil, pero si son amigas de verdad de Dios, Dios estará con ustedes", señaló.
El Primado del Perú dijo luego que "debemos morir a nuestros pecados, pasiones y defectos, para que resucite Cristo en cada uno de nosotros. Hemos de ir muriendo a la rebeldía, a la impureza, al desorden de las pasiones por ese amor que esté hecho de sacrificios constantes, pensamientos buenos y amistades buenas. Por eso deben vivir en pobreza, castidad y obediencia".
Asimismo, reconoció la labor de servicio en favor de los ancianos desamparados, que realiza la congregación religiosa.
"El atender a los ancianitos no es solo una acción social, es una acción espiritual movida por el Espíritu Santo. Empiecen el día ofreciéndolo, y a lo largo del día repite el ofrecimiento en tu trabajo. Y si estás muy ocupada pídele al Señor para que sonrías. Piensa más en las hermanas de tu comunidad y en los ancianitos. No pienses en ti", refirió.
"Esta congregación tiene frutos, porque no han cambiado nada de lo que quiso la madre fundadora, todo sigue igual, han sido obedientes en tiempos difíciles. Uno va a cualquier asilo en el mundo y es igual: limpio, ordenado y alegre. Acuérdense de la herencia que están recibiendo y de las bendiciones de las hermanas mayores".
"Por eso Dios las quiere tantísimo y les sigue mandando vocaciones, porque son fieles y sobretodo porque, como María, nunca descuidan la oración", culminó.