El Arzobispo de La Habana (Cuba), Cardenal Jaime Ortega, participó en un evento en Estados Unidos donde señaló que está dispuesto a aceptar ataques y críticas en medio del camino que hay que recorrer para lograr la reconciliación de la isla.
El Purpurado participó el lunes en el evento "El rol de la Iglesia Católica en Cuba", realizado en Boston y auspiciado por la Universidad de Harvard y el Centro David Rockefeller para los estudios Latinoamericanos.
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El Cardenal, criticado por los cubanos del exilio que le piden más firmeza con el régimen de Raúl Castro, habló durante su ponencia sobre la necesidad de una reconciliación en Cuba. En ese sentido, se refirió a las diferentes posiciones que existen y que no suelen coincidir.
"No voy a atacar a los que piensan de otra manera, solo quiero que decir que es un gran papel que están desempeñando, algunos corriendo muchos riesgos personales de ser enjuiciados con dureza. De esto nosotros lo sabemos, la Iglesia en Cuba y mi persona es atacada de todos los modos posibles, pero creo que sería un bien que pudiera darse un proceso de reconciliación entre cubanos", afirmó.
Así, se refirió al recién fallecido Obispo Auxiliar Emérito de Miami, Mons. Agustín Román, el primer Prelado cubano nombrado para Estados Unidos y fundador de la ermita de la Virgen de la Caridad del Cobre en La Florida. Siendo sacerdote, el P. Román fue expulsado de Cuba en 1961 junto a otros 132 presbíteros. Su labor es reconocida y destacada por la comunidad cubana en el exilio.
En unas palabras que están siendo criticadas en el sur de La Florida, el Arzobispo de La Habana recordó que cuando fue a Miami por primera vez como Cardenal en 1995, "nuestro querido amigo, desaparecido ya, en estos días, a quien tanto quería yo también, Obispo Román, me llamó aparte y me dijo: ‘En tus discursos, tus homilías, tú hablas de reconciliación. No menciones esa palabra en Miami’".
"Me costó quitarla, pero él conocía el terreno mejor que yo. Pero es terrible que un Obispo, que nosotros, tengamos que callar esa palabra que es nuestra, propia del cristianismo. La utilizó Juan Pablo II después con respecto a nosotros, casi que abusó de ella el Papa Benedicto XVI al ir a Cuba. Pero, ¿qué hacer? ¿Callarla siempre? ¿Esperar que vengan tiempos mejores? ¿O propiciar mejores tiempos para que se comprenda que tenemos que tenemos que ser un pueblo reconciliado?", añadió.
El Cardenal dijo que "esto quizás lleve un tiempo y una especie de martirio al cual todo cristiano, y lo considero yo como pastor, tiene que someterse. Este es el dar la vida por las ovejas. Tenemos que someternos a esos sufrimientos, porque no hay resurrección sin cruz, y yo he aceptado que con eso tengo que cargar, y tenemos que cargar para llevar adelante esa reconciliación entre cubanos".
El evento completo "El rol de la Iglesia Católica en Cuba", con la ponencia del Cardenal Ortega, puede verse en http://www.youtube.com/watch?v=HKtnz3z57hM