Una especialista en Bioética afirmó que utilizar un llamado "vientre de alquiler" constituye un atentado no sólo contra la dignidad inherente del hijo, sino también de la mujer que debe portar naturalmente a su hijo, y del vínculo matrimonial
"Preguntémonos si esta forma de venir a la existencia es compatible con la dignidad no sólo de la persona por nacer, sino de la experiencia de gestación como una intimidad transformadora del ser mismo de la mujer ante su hijo por nacer y de su ser madre en vínculo exclusivo con el padre", advirtió la Hna. Elena Lugo, presidenta de la Comisión de Bioética Padre José Kentenich, al reflexionar sobre el tema.
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Luego cuestionó luego el problema de la paternidad y maternidad en estos casos: la madre donante del óvulo, la que lo gesta y la que lo recibiría en su hogar; de la misma forma tendría dos padres: el genético y el que lo recibiría en su hogar.
"¿Se plantearía la relación de la madre de alquiler con los donantes de los gametos o con los receptores o padres sociales del hijo? ¿Con cuál se ha de vincular el hijo? ¿Cuáles serán los derechos de cada padre o cada madre en relación al hijo?", cuestiona.
Asimismo, manifestó que no se pueden desestimar los conflictos entre los padres y una inevitable repercusión negativa en el hijo y los otros menores que puedan existir en el complejo entorno familiar, "los problemas pueden ser aún más dolorosos si el hijo es resultado de maternidad subrogada (reemplazada) entre familiares".
Finalmente, la Hna Lugo señaló que esta práctica plantea desafíos que si bien la ley tendrá que atender, tiene raíces "profundamente éticas y amenazan la dignidad inherente a las personas".
Elena Lugo es doctora en filosofía por la Universidad de Georgetown en Estados Unidos, es Hermana de María, el Instituto Secular de Schoenstatt fundado por el P. José Kentenich, en Alemania en 1926, y forma parte de la Obra Internacional de Schoenstatt.