El Padre Graham Turner nunca pudo servir en una parroquia, pero su testimonio de amor a la vocación sacerdotal ha conmovido a los católicos de Escocia. Una agresiva leucemia le causó la muerte el lunes 16 de abril, solo una semana después de haber sido ordenado "sacerdote para siempre".
El Padre Turner, de 48 años de edad, descubrió su vocación al sacerdocio en la adultez. Dejó su trabajo como programador de computadoras y se mudó a una residencia cural, donde por cinco años se hizo cargo del cuidado de sacerdotes retirados hasta ser aceptado como seminarista de la Arquidiócesis de St Andrews y Edinburgo.
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Estudió en Roma en el Beda College y fue ordenado diácono en junio de 2010. Su ordenación sacerdotal estaba prevista para junio de 2011, y esperaba ese momento con gran expectativa y gozo. Sin embargo, fue diagnosticado con una agresiva leucemia que obligó a posponer su ordenación.
Durante el último año se sometió a un intenso tratamiento contra el cáncer que no dio resultados. Ante la gravedad de la salud del sacerdote, su padre contactó al Arzobispo de Saint Andrews y Edimburgo, Cardenal Keith O’Brien.
El Purpurado aceptó adelantar el rito al Lunes de Pascua. Graham Turner fue ordenado sacerdote en la capilla del Salford Royal Hospital, cerca de la ciudad de Manchester en Inglaterra.
En una emotiva Eucaristía a la que llegó en una cama clínica para luego pasar a una silla de ruedas, el P. Turner recibió la anhelada ordenación sacerdotal.
Durante la Misa, en la que fue asistido por sus enfermeros, pudo permanecer de pie unos momentos al inicio de la liturgia Eucarística, al lado de sus padres Marilyn y George, y de sus hermanos Ian y Sue.
"Hay una gran tristeza aquí ahora pero sin duda fue importante para Graham haber sido ordenado", dijo Mons. Roderick Strange, Rector del Beda College en Roma, en donde el P. Turner se preparó para el sacerdocio.
"Si bien se nos ordena para el ministerio activo, esto definitivamente completó un periodo significativo de la vida, el discernimiento y el compromiso de Graham. Así que fue maravilloso verlo ya como sacerdote", añadió.
En su opinión, "la Misa misma fue muy conmovedora, muy intensa y muy poderosa".
"Hay una línea en el rito de ordenación en la que el Obispo le dice al ordenando que modele su vida en el misterio de la Cruz de Cristo y creo que definitivamente eso se dio en la ceremonia", dijo Mons. Strange.
Con Graham, continuó, "recordaré la caballerosidad, el humor, la inteligencia, la paciencia, la extraordinaria fuerza de carácter, y en particular, la fortaleza con la que respondió y prosiguió en los últimos 12 meses de su vida".