En un mensaje dirigido al Obispo de Trier (Alemania), Mons. Stephan Ackermann, con ocasión de la inauguración de la peregrinación a la “Sagrada Túnica” de Jesús, el Papa Benedicto XVI señaló que esta reliquia, que los romanos no rompieron, recuerda la unidad a la que la Iglesia está llamada.
Benedicto XVI señaló que la peregrinación, que cumple 500 años, en esta ocasión “tiene como lema una invocación al Señor ‘a unir lo que está dividido’. No permaneceremos aislados”.
“La túnica, por lo que Juan nos dice, es de una sola pieza. Los soldados que, de acuerdo a costumbre romana, se dividen como un botín las cosas del pobre crucificado, no quieren romper la túnica. La echaron a suerte, y de ese modo permanece entera”, subrayó el Papa.
El Santo Padre recordó que “los Padres de la Iglesia ven en este pasaje la unidad de la Iglesia, fundada como única e indivisible comunidad del amor de Cristo”.
“La Túnica Sagrada va a hacer que esto sea visible. El amor del Salvador se reúne con lo que se divide”.
El Papa señaló que el manto de Cristo “es una imagen de la Iglesia, que no vive de sí misma, sino de Dios. Como una comunidad única e indivisible es una obra de Dios, no el producto del hombre y de sus capacidades”.
Benedicto XVI subrayó que este manto “es el regalo indivisible del Crucificado a la Iglesia, que Él ha santificado con su sangre. Por esto, la Sagrada Túnica recuerda la dignidad propia de la Iglesia”.
“Queremos pedirle al Señor que nos guíe en el viaje común de la fe, y que haga vivir de nuevo en nosotros su contenido. Así, en el crecimiento conjunto de los cristianos en la fe, la oración y el testimonio, también reconocemos, en medio de las pruebas de nuestro tiempo, la grandeza y la bondad del Señor”.