El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil aprobó ayer, por 8 votos contra 2 y una abstención, el aborto por anencefalia, la condición en la que el bebé por nacer carece de cerebro o de parte de él. La noticia ha conmocionado a los brasileños que se oponen a esta práctica en un 80 por ciento y ha recibido también el rechazo de los Obispos del país.
Tras un debate de dos días, los ministros (jueces) que votaron a favor del aborto fueron: Marco Aurélio Mello (que presentó el texto del proyecto), Rosa Weber, Cármen Lúcia, Joaquim Barbosa, Luiz Fux, Carlos Ayres Britto, Gilmar Mendes y Celso de Mello.
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Los votos a favor de la vida correspondieron a los ministros Ricardo Lewandowski y del presidente del STF Cezar Peluzo.
El ministro Dias Toffoli se declaró impedido de votar y se abstuvo, porque cuando era Abogado General de la Unión, ya se había manifestado a favor del aborto de los bebés anencefálicos.
La votación en el STF, compuesto por 11 jueces nombrados directamente por el presidente de la República, que llegó a este punto tras 8 años ha sido vista por varios analistas pro-vida como una maniobra orquestada de los promotores del aborto, que al haber fracasado en el Congreso, llevaron el debate al poder judicial.
Así lo indicó el coordinador del Movimiento Legislação e Vida, periodista y experto en bioética, Hermes Rodrigues Nery quien dijo además que la votación que el tribunal acaba de efectuar "no es de su competencia (del STF) sino prerrogativa del Congreso Nacional".
El presidente del STF, Cesar Peluzo, que votó a favor de la vida, dijo en su intervención que "el feto anencefálico tiene vida, aunque sea breve, y esa vida está constitucionalmente protegida". Por ser persona, añadió, "sus derechos están resguardados, entre los cuales se encuentra la protección de su vida".
En su opinión, el argumento abortista sobre los "peligros" para la madre de un embarazo con un bebé anencefálico "no vienen al caso, porque las hipótesis de riesgo a la salud ya están expresadas en la ley. Además, todo embarazo de algún modo implica un riesgo teórico para la salud de la gestante".
Peluzo recordó el emblemático caso de la bebé anecefálica Marcela de Jesús Ferreira que vivió durante un año y 8 meses y que se convirtió en un gran obstáculo para los abortistas que no pudieron callar el testimonio de la madre de la pequeña.
La decisión del STF entrará en vigor una vez que sea publicada en el Diário de Justiça.
Sobre esta decisión, la Conferencia de Obispos Católicos de Brasil (CNBB) dio a conocer ayer por la noche un pronunciamiento en el que "lamentan profundamente" la opción abortista del STF.
Sobre ella afirman que "legalizar el aborto de fetos con anencefalia, erróneamente diagnosticados como muertos cerebrales, es descartar a un ser humano frágil e indefenso. La ética prohíbe la eliminación de un ser humano inocente, sin excepciones".
"¡Los fetos anencefálicos, como todos los seres inocentes y frágiles, no puede ser descartados ni tener sus derechos fundamentales vilipendiados!", precisaron.
Los Prelados reconocen luego que "la gestación de un niño con anencefalia es un drama para la familia, especialmente para la madre", pero precisan que "considerar el aborto como la mejor opción para la mujer, además de negar el derecho inviolable del nascituro, ignora finalmente las consecuencias negativas psicológicas para la madre".
"El Estado y la sociedad deben ofrecer a la gestante amparo y protección", recuerdan.
"Al defender el derecho a la vida de los anencefálicos, la Iglesia se fundamenta en una visión antropológica del ser humano, basándose en argumentos teológicos éticos, científicos y jurídicos".
Por eso, prosigue el texto, "se excluye así cualquier argumentación que afirme que se trata de una injerencia de la religión en el Estado laico. La participación efectiva en la defensa y la promoción de la dignidad y libertad humana debe ser legítimamente asegurada también a la Iglesia".
Finalmente los obispos señalan que "la Pascua de Jesús que conmemora la victoria de la vida sobre la muerte, nos inspira a reafirmar con convicción que la vida humana es sagrada y su dignidad inviolable".