El actor y productor mexicano Eduardo Verástegui, quien promueve la causa pro-vida desde hace algunos años, llegó al Perú en un viaje de labor social y señaló que el aborto es un crimen que violenta el lugar que debería ser el más seguro del mundo para el bebé: el vientre de la madre.
"El vientre de la madre debería ser el lugar más seguro del mundo, sin embargo, hoy en día es el lugar más inseguro", dijo el actor en entrevista concedida a ACI Prensa el 10 de abril en Perú.
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"Si juntamos todas las muertes que han dejado las últimas siete guerras, no se comparan a la cantidad de abortos cada año en el mundo entero, es un holocausto que tenemos que acabar", indicó.
Verástegui contó a ACI Prensa que vino al Perú, más concretamente a la ciudad norteña de Piura con la misión católica Manto de Guadalupe, fundada por él con fines caritativos y para la lucha pro-vida, "con la que cada año hacemos un viaje de ayuda social a diferentes partes del mundo".
"Este ha sido un viaje que llamo ‘los 7 días cambia vidas’", por la intensidad del trabajo realizado y lo valioso que ha dejado esta experiencia.
"Quisiera regresar el próximo año al Perú para traer documentado todo el trabajo que hemos podido hacer. Venimos con la idea de ayudar, pero fue al revés, la gente de Piura nos transformó. Haremos un documental de esta experiencia, este viaje ha sido intenso, sanador y transformador", reveló.
El actor llegó al Perú acompañado del cantante mexicano Alexander Acha, hijo del también cantante mexicano Emmanuel; y de los actores David Henrie y Gregg Sulkin, de "Los hechiceros de Waverly Place" del canal Disney.
Finalmente, el actor contó a ACI Prensa que en Los Ángeles (Estados Unidos), donde reside, se creó el centro médico Guadalupe con el apoyo de su fundación, que ya ha atendido a miles de mujeres y ha salvado a miles de bebés del aborto.
Este centro médico de asistencia, ubicado en un radio en el que hay varias clínicas abortivas, ofrece asistencia médica gratuita a mujeres embarazadas y que no cuentan con los recursos para salir adelante.
"La vida no es un accidente, es sagrada, hay que protegerla desde la fecundación hasta la muerte natural, y gracias a Dios este centro ha salvado a muchos niños y espera salvar a muchos más", concluyó.