El Papa Benedicto XVI dijo esta mañana que la fe en Cristo Resucitado transforma la vida, libera del miedo y da firme esperanza. Así lo indicó durante la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro ante miles de fieles.
Cuando la Iglesia aún celebra la Octava de Pascua luego del Domingo de Resurrección, el Santo Padre explicó que "la experiencia de los discípulos nos invita a reflexionar sobre el sentido de la Pascua para nosotros. ¡Dejémonos encontrar por Jesús Resucitado!".
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Cristo, dijo el Papa, "está vivo y es verdadero, está siempre presente en medio de nosotros, camina con nosotros para guiar nuestra vida, para abrir nuestros ojos. Tengamos confianza en el Resucitado que tiene el poder de dar la vida, de hacernos renacer como hijos de Dios, capaces de creer y amar".
El Papa Benedicto XVI dijo luego que la fe en el Señor Resucitado "transforma nuestra vida: la libera del miedo, la da firme esperanza, la anima por aquello que da pleno sentido a la existencia, el amor de Dios".
En castellano, el Pontífice recordó que con las celebraciones de Pascua, "nuestro encuentro está colmado de alegría espiritual, que brota de la certeza que Cristo, con su muerte y resurrección, ha triunfado definitivamente sobre el pecado y la muerte".
Benedicto XVI dijo luego, aún en español, que así como los 11 discípulos en el Cenáculo y los peregrinos de Emaús, "también el Resucitado entra en nuestra casa y en nuestro corazón, aunque en ocasiones las puertas estén cerradas. Entra ofreciendo alegría y paz, vida y esperanza, dones que necesitamos para nuestro renacer humano y espiritual".
"Dejemos que Jesús resucitado venga a nuestro encuentro. Él vive y está siempre presente, camina con nosotros para guiar nuestra vida. A Él lo encontramos en dos ‘lugares’ privilegiados, profundamente unidos entre sí: ‘la Palabra y la Eucaristía’", alentó.
"Esta novedad de vida que no muere, inaugurada por la Pascua, ha de ser anunciada para que la espina del pecado que hiere el corazón del hombre deje su lugar a la gracia que germina: El Maestro ha resucitado y con Él toda la vida resurge", dijo el Papa.
El Papa, todavía en español, hizo votos luego para que "resuene en vuestros corazones el anuncio glorioso de la victoria de Cristo sobre la muerte, para descubrir con alegría las fuentes de la fe y la esperanza".
En italiano, el Santo Padre recordó que cuando Jesús Resucitado se muestra a los discípulos, enseña sus heridas, "signo de lo que ha sucedido y que nunca más se borrará: su humanidad gloriosa permanecerá 'herida'. Este gesto tiene la finalidad de confirmar la nueva realidad de la Resurrección: el Cristo que está ahora ante los suyos es una persona real, el mismo Jesús que tres días antes fue clavado en la cruz".
"Y es así que, en la luz refulgente de la Pascua, en el encuentro con el Resucitado, los discípulos comprenden el sentido salvífico de su Pasión y muerte. Entonces, pasan de la tristeza y el miedo a la alegría plena".
Jesús saluda diciendo "La paz esté con vosotros". No se trata solamente de un saludo, explicó el Papa, sino "del don que el Resucitado hace a sus amigos; y es, al mismo tiempo, una misión: esta paz, comprada por Cristo con su sangre, es para ellos y para todos, y los discípulos deberán llevarla a todo el mundo. (…) Jesús ha completado su tarea en el mundo, ahora les toca a ellos sembrar la fe en los corazones".
Pero el Señor sabe que los suyos aún sienten temor, "por eso, sopla sobre ellos y los regenera en su Espíritu; este gesto es el signo de la nueva creación. Con el don del Espíritu Santo que proviene de Cristo resucitado, comienza de hecho un mundo nuevo".
Benedicto XVI recordó además el testimonio de los discípulos de Emaús, que tras encontrarse con el Señor Resucitado, ven que "renace en ellos el entusiasmo de la fe, el amor por la comunidad, la necesidad de comunicar la buena noticia. El Maestro ha resucitado y con Él toda la vida resucita; testimoniar este acontecimiento se convierte para ellos en una necesidad ineludible".