El Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, presidió ayer una Misa en la que rezó por los caídos en la Guerra de las Malvinas, al conmemorarse 30 años de la finalización del conflicto con el Reino Unido.
En la homilía de la Eucaristía que celebró en la Catedral de Buenos Aires ayer, el Purpurado dijo que "venimos a rezar por aquellos que han caído, hijos de la Patria que salieron a defender a su madre, la Patria, a reclamar lo que es suyo de la Patria y les fue usurpado".
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El Arzobispo pidió además una reivindicación de todos los argentinos que expusieron el cuerpo en la Guerra de Malvinas "hayan estado o no en el campo de batalla", porque, advirtió, "en todos dejó cicatrices".
El Purpurado recordó que "muchos jóvenes quedaron allá y no pudieron volver. Otros volvieron pero ninguno pudo olvidar". "¡Cuántas cicatrices, cuántas familias destruidas por la ausencia definitiva o por un regreso truncado!", exclamó.
El Cardenal dijo que "la Patria tiene que acordarse de ellos. No puede excluir de su recuerdo a ninguno que fue convocado, tiene que hacerse cargo de tantos corazones con cicatrices y decirles gracias, a los que quedaron en las islas o sumergidos en el agua, a todos".
"La Patria debe reconocerles las cicatrices y decirles un gracias generoso y en justicia", aseguró.
De la Eucaristía en la catedral participaron ex combatientes, familiares de los caídos y también ex soldados conscriptos integrantes del Campamento TOAS (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur) Plaza de Mayo.
Al momento de las ofrendas, familiares de los caídos acercaron al altar 649 rosas rojas para recordarlos.
Por su parte, el Obispo de Mar de Plata, Mons. Antonio Marino, dijo en la Catedral local que "siempre será difícil el juicio moral sobre la guerra en determinadas circunstancias. Pero algunas cosas nos quedan claras".
"Ante todo, como cristianos y católicos, oramos por los difuntos como nos lo enseña la fe de la Iglesia. No sólo por los que murieron en el combate, sino por aquellos que sufrieron duras secuelas una vez terminado el conflicto".
"Oramos además por sus parientes y familiares que los seguirán llorando y añorando. Honramos también a los excombatientes, aquí presentes, y no olvidamos a los ausentes. Ellos nos ayudan a mantener en alto los ideales de recuperación de estas islas y los objetivos de nuestros justos reclamos", concluyó.