El director de la Oficina para América Latina del Population Research Institute (PRI), Carlos Polo, condenó el asesinato del joven gay Daniel Zamudio en Chile, y también repudió el uso ideológico que el lobby LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) está haciendo de este lamentable hecho –atacando a quienes piensan distinto a ellos como la Iglesia– para imponer su agenda por la vía legal.
A continuación presentamos el texto completo del PRI, enviado a ACI Prensa y firmado por Carlos Polo, titulado "Condenamos la muerte de Daniel Zamudio y condenamos el uso ideológico de su muerte":
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"Como Director de la oficina del Population Research Institute quiero expresar públicamente nuestras condolencias a los familiares de Daniel Zamudio al producirse su muerte como consecuencia del cobarde ataque por parte de unos desadaptados el pasado 3 de Marzo en la ciudad de Santiago de Chile.
Como miembros del movimiento pro vida, estamos contra el asesinato en todas sus formas y creemos firmemente que toda vida debe ser protegida. El asesinato de Daniel Zamudio viola el principio fundamental de nuestro movimiento de que toda vida humana es sagrada.
Le ofrecemos nuestras condolencias a la familia Zamudio y dirigimos nuestras oraciones para que su alma descanse en paz.
Repudiamos toda motivación de odio y toda violencia por motivos ideológicos como la que sufriera Daniel a manos de este grupo de neonazis. Por lo mismo, repudiamos también el uso político que grupos LGTB que vienen efectuando para lograr sus metas particulares.
Estos grupos vienen acusando de asesinos a todo aquel que se oponga al proyecto de ley que impulsan como si ellos hubieran asesinado a Daniel Zamudio con sus propias manos. En este sentido estos grupos se han ensañado atacando a la Iglesia Católica y a toda figura pública que piense distinto a ellos.
Esta manipulación es conocida en el mundo de la propaganda política como el principio de trasposición y consiste en trasladar a tu adversario aquellos errores flagrantes que luego te resulta muy fácil atacar.
No es un secreto que la estrategia política de los grupos LGTB en todo el mundo ha sido la victimización para contrabandear sus verdaderos propósitos. Han usado casos de violencia contra personas homosexuales para sensibilizar la opinión pública.
Han hecho que cualquiera que piense distinto a ellos sea considerado un agresor e intolerante. Para eso crearon el concepto de homofobia, para agredir a sus opositores políticos.
Pero el verdadero objetivo de los grupos LGTB es convertir algunas conductas sexuales en derechos humanos e imponérselas a todos.
Los diferentes proyectos de ley antidiscriminación en todo el mundo no están orientados a dar derechos a las personas homosexuales u las de otra conducta sexual puesto que nadie les ha quitado el derecho a la vida ni a la salud ni a la educación ni a cualquier otro derecho humano.
Esos proyectos se dirigen más bien a dar legalidad a sus conceptos ideológicos ‘orientación sexual’, ‘homofobia’, ‘antidiscriminación’, ‘identidad de género’, ‘salud sexual’ y otros, creando un sistema obligatorio a la ambigüedad sexual y a la promoción de estas conductas sexuales en los sistemas públicos de salud y educación.
Por ejemplo, enseñarán a todos los niños que cualquiera de las siglas LGTB encierra una opción válida y legalmente ciudadana, aún en contra de lo que puedan decir sus propios padres.
En el caso específico de Chile este discurso de manipulación ideológica acerca de la muerte de Daniel Zamudio pretende pasar por encima de cualquier debate en base a la prepotencia.
Una ley antidiscriminación no va cambiar en nada lo que ya existe en la legislación chilena para castigar actos como los que sufrió Daniel a manos de sus agresores.
Y al parecer este simple razonamiento no tiene cabida entre tanto insulto y presión. Esta ley más bien ‘legalizará’ las actitudes prepotentes y beligerantes de grupos como los LGTB que discriminan, insultan y se imponen prepotentemente en nombre de la tolerancia y la igualdad. La discriminación cambiará de manos.
Esperemos que las autoridades chilenas no caigan en esta presión burda y muestren firmeza. Pero por lo poco escuchado hasta ahora, la mayoría parece estar más poseídos por el miedo de ser incluidos en la lista de homofóbicos".