El Arzobispo de La Serena (Chile), Mons. Manuel Donoso, hizo una reflexión sobre el caso de Daniel Zamudio, un joven gay que falleció ayer luego de que hace casi un mes sufriera una golpiza de cuatro sujetos que estarían vinculados a grupos neonazis.
En un texto publicado hoy en la web de la Conferencia Episcopal de Chile, el Arzobispo recordó que si bien la Iglesia tiene una enseñanza clara sobre la homosexualidad (que rechaza los actos homosexuales por ser intrínsecamente perversos, pero nunca a los homosexuales) es necesario tener en cuenta que quienes la padecen son personas antes que nada, y por esa razón, "a ellas se dirige el amor de Dios, a ellas las quiere el Señor".
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Mons. Donoso se refirió así al caso de Zamudio, cuyos cuatro atacantes se encuentran bajo arresto y que habría reconocido, en sus declaraciones, pertenecer a grupos neonazis. Ahora enfrentan la acusación de homicidio calificado.
Dios, dijo el Arzobispo, quiere que los homosexuales se desarrollen "como profesionales, como ciudadanos del mundo y que tengan todos sus derechos respetados y que sean respetuosas de sus deberes".
"Esta es la enseñanza respecto de la calidad de personas, que tiene todo ser humano; caer en racismos, en dar el privilegio a una persona porque es rica y dejar de lado a un pobre, en dar el privilegio a una persona por ser de una raza y no de otra, en dar el privilegio a una persona porque tiene tales ideas y otro tiene otras, es directamente contra lo que enseña Jesús", explicó.
Nosotros, precisó Mons. Donoso, "debemos educarnos para hacer que nuestro mundo sea mejor".
El Arzobispo afirma luego que "he pedido al Señor por este joven Daniel Zamudio, en la Eucaristía, he pedido por su familia y me parece que es estremecedor que en Chile lleguemos a estos niveles de violencia y segregación".
Mons. Donoso recordó luego algunas enseñanzas de Cristo como aquella que dice "no hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti" o "ama a tu prójimo como a ti mismo" y recordó que Dios quiere que "tengamos un amor parecido al de Jesucristo hacia todas las personas".
"Queridos amigos –concluyó– estamos en tiempo de la Misión. Reconozcamos a todas las personas sus derechos, y trabajemos por ellos, como nos dice en esa frase ya tan conocida el Papa Juan Pablo II en el Catecismo de la Doctrina Social de la Iglesia: todos son nuestros compañeros de viaje y con ellos tenemos que compartir y a ellos tenemos que respetar".