Bajo el título de “Amando hasta la muerte”, la Iglesia Católica celebra hoy 24 de marzo la XX Jornada Oración y Ayuno por los Misioneros y Mártires, que recuerda a todos los sacerdotes, religiosas y laicos que perdieron la vida por ser fieles al compromiso de anunciar el Evangelio.
Según informó Fides, al menos mil misioneros fueron asesinados entre el año 1980 y 2011. El pasado año mataron a 26 trabajadores misioneros, de ellos 18 eras sacerdotes, cuatro religiosas y cuatro laicos.
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En una entrevista concedida a Radio Vaticana, el director de Fides, Padre Vito del Prete explicó que el fenómeno del martirio está creciendo en “de manera exponencial”.
El sacerdote indicó que no solo cuentan los muertos, sino también los desaparecidos que son torturados en diversos países, donde los cristianos desparecen en números imprecisos a causa de su fe además de ser discriminados, particularmente, “al norte de India actualmente no solo hay clima de intolerancia, sino que además hay persecución. Los cristianos son expulsados de sus pueblos, se su hábitat, lo pierden todo, y deben buscar un refugio”, denunció.
El Padre Vito señaló que la situación de los misioneros en el mundo es diferenciada. En este sentido, la Iglesia de Latinoamérica “está defendiendo en el nombre del Evangelio los derechos de los más pobres, de los más abandonados y de los más excluidos”.
Por su parte, el continente Africano vive un momento de turbulencias “aunque en particular vive sobre todo un problemas de carácter religioso”.
“Asia está despertándose, en particular en la India, que antes era mucho más tolerante; después están Laos, Myanmar y Pakistán, que se están convirtiendo en países que todavía dan lugar a mártires. También tenemos a los mártires por la fe especialmente en los países de Oriente Medio, donde recientemente se han desarrollado posiciones fundamentalistas en Egipto y en Irak, esperemos que no suceda en Siria”, dijo.
Finalmente, el presbítero enalteció la valiente labor de estos misioneros y mártires en la defensa de los más necesitados, “hace falta hacer tomar conciencia a los fieles que no hay misión sin misioneros, sin gente que ande, porque no hay misión sin martirio, y este martirio hace forma parte también de la comunidad de los fieles, del pueblo de Dios”, concluyó.