La Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), señaló que el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), que despenalizó el aborto en casos de violación, quiebra las bases del Estado de derecho de Argentina.
El martes la CSJN confirmó la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Chubut que en 2010 autorizó un aborto a una menor de edad que quedó embarazada por violación, a pesar que el Código Penal solo permite esta práctica en los casos de mujeres dementes.
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"El aborto no es ni un derecho ni un acto médico, sino un drama social y un atentado directo contra la vida de una persona", expresó la Facultad de Derecho en su comunicado de hoy miércoles. Indicó que el fallo de la SCJN introduce además "una profunda herida en la protección de los derechos humanos fundamentales de los niños por nacer".
Por ello, señaló que sorprende que los magistrados invoquen "la dignidad e inviolabilidad de la persona como fundamento de una sentencia que priva a cierto grupo de seres humanos, las personas por nacer, de la vida, la dignidad y los derechos fundamentales. Justamente, la dignidad e inviolabilidad de la vida humana y la aplicación del principio pro homine exigían una respuesta distinta del máximo Tribunal".
"La incertidumbre en torno a los supuestos de abortos no punibles se debería resolver a través de decisiones judiciales, legislativas y administrativas que siempre den prioridad al derecho a la vida y procuren por todos los medios salvar la vida tanto del niño como de su madre", añadió.
El comunicado advirtió que no se puede imponer a los profesionales de la salud la práctica de abortos. "La importancia del derecho a la vida exige que se extremen los recaudos para una interpretación que preserve el derecho de todos y que se adopten las medidas para proteger integralmente a las víctimas de violencia sexual a través de una adecuada asistencia integral", sentenció.
El aborto no es solución
Por su parte, el Obispo de Mar del Plata, Mons. Antonio Marino, reiteró que el aborto no es la solución al drama de la violación, sino una profundización del mismo.
"¿Es solución eliminar la vida inocente? ¿No es manifiesta injusticia? ¿Es tan inocuo abortar, aún desde el punto de vista psicológico? Un delito y una tragedia no se solucionan ni reparan con la supresión de una vida inocente, que sin duda es una persona humana indefensa. La realidad muestra que la mujer a futuro no queda liberada del mal padecido por elegir este camino", advirtió.
Mons. Marino pidió sancionar al violador, por ser el verdadero culpable, y no ensañarse con los no nacidos ni con la mujer, que merece ser adecuadamente atendida "con un amplio operativo de contención psicológica y espiritual".