El Arzobispo de La Habana, Cardenal Jaime Ortega y Alamino, señaló ayer por la noche por medio de la Televisión Cubana (del estado) que el Papa Benedicto XVI va a Cuba como guardián de la verdad y pastor supremo de la Iglesia que deja una profunda huella espiritual que trasciende y va más allá de toda estadística.
En su histórico mensaje en la televisión del estado, el Cardenal hizo votos para que "el Señor nos conceda un buen tiempo y una presencia del Papa en Cuba que dejará esa huella espiritual no contable, no reducible a estadísticas, pero que será siempre también en nuestro corazón, en el espíritu del pueblo, porque en último término la espiritualidad del pueblo es tan importante, muchas veces, como sus necesidades materiales".
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El Purpurado contó también su experiencia el pasado 18 de febrero en el Consistorio en el que el Papa creó a 22 nuevos cardenales, y dijo que al terminar una reunión previa, antes del almuerzo, Benedicto XVI "levantó la vista y me vio, y entonces me llamó, con una sonrisa, de tal manera que fui yo el primer cardenal que fue a saludar al Papa aquel día".
"Y entonces con gran afecto me tiende la mano y me dice: ‘Nos vemos en La Habana’".
Esas palabras, dijo el Cardenal, "indican todo su deseo (del Papa), sus simpatías, sus ansias de visitarnos y de cumplimentar nuestra invitación y de venir como peregrino a Cuba en este año jubilar".
Por eso el Arzobispo invitó a todos para que estén con el Santo Padre "tanto en Santiago, a ustedes los santiagueros, como a ustedes, los habaneros, a estar aquí. Los de otras provincias pues en la medida que el transporte se les facilite y tengan fuerzas para esto pues también. Si no, pues en la televisión podrán seguir su presencia entre nosotros".
Sobre las razones de la visita del Papa a Cuba, el Cardenal Ortega recordó primeramente la histórica visita del Beato Papa Juan Pablo II en 1998, cuando Benedicto XVI era el Prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fe. Esa visita, dijo el Arzobispo de La Habana, "quedó en el corazón" del entonces Cardenal Joseph Ratzinger.
El Cardenal recordó luego el cónclave en el que fue elegido Benedicto XVI y cómo, a través del Secretario de Estado, supo que el Papa siempre ha tenido a "Cuba en su corazón desde el inicio de su pontificado, como lugar que él deseaba visitar".
Después de insistirle varias veces y de tener varias respuestas distintas de parte del Papa sobre su visita a Cuba, el Cardenal se refirió a la invitación que le hizo el presidente Raúl Castro para que visitara la Isla.
El Año Jubilar por el 400º aniversario del hallazgo de la Virgen de la Caridad del Cobre fue la razón de peso para la decisión del Santo Padre, porque en el Vaticano seguían de cerca la peregrinación que hizo esta advocación por todo Cuba.
"Miles y miles de cubanos, millones diría yo, salieron al encuentro de la Virgen. No es el número lo que nos ha impactado; es las muestras de religiosidad de ese pueblo".
"Es ver a aquellos cubanos que salían de los cruces de caminos haciendo la señal de la cruz, arrodillándose al paso de la Virgen, levantando sus brazos en oración" explicó el Cardenal, quien dijo además que todo será escrito en un libro para ser entregado al Vaticano.
Con ese texto, dijo, se alentará la misión de "revivir de una fe dormida, de una fe que está quizás un poco borrada, pero que estaba presente en el corazón del pueblo. Y el Papa entonces siente que viene a confirmarnos en esa fe, que viene a reafirmarnos en esos valores cristianos que esa fe sembró en nuestro país".
El Papa, explicó el Arzobispo de La Habana, es el Vicario de Cristo en la tierra que "viene a Cuba para cuidar de ese rebaño. Aquel mandato es para él: Cuida mis ovejas, apacienta a mi rebaño. Es el mandato del Señor para Pedro el que él cumple en su persona".
El Cardenal resaltó luego que "el Papa Benedicto XVI es el Papa de la Verdad. Porque en su condición de científico del pensamiento teológico, él sabe que no hay ciencia sin verdad. Nadie puede llegar a un nuevo descubrimiento científico si no llega a la verdad de las cosas".
"Nadie puede llegar a un tipo de conclusión válida acerca de un diagnóstico de la realidad si no llega a la verdad de las cosas. Es decir, el ser humano tiene que buscar la verdad y él ha sido un defensor de esta causa, del buscador de la verdad".
Cuando la verdad es relativizada, advirtió el Cardenal, se puede llegar "a un laxismo en el sentido ético por el cual nosotros somos indiferentes a cualquier tipo de pensamiento y nuestra actitud ante la vida se vuelve acomodaticia, variable, o podemos llegar a un absolutismo o a un verdadero régimen totalitario o tirano cuando alguien cree que tiene una verdad y es esa".
"No es eso lo que el Papa propone con respecto a la verdad. Ninguno de esos dos excesos puede ser aceptado. La verdad es la que es y yo no puedo ni seguir esas corrientes de verdades todas individuales y subjetivas, que son variables, ni puedo someterme a una verdad erigida como totalidad en la cual yo tengo que encontrar como el único modo de sentir y de pensar. El Papa es este guardián de la verdad".
Tras resaltar su gran perfil intelectual y sus años de profesor universitario, el Arzobispo de La Habana afirmó que el Santo Padre "viene con 84 años, casi a punto de cumplir 85. Es un hombre de mucho sentir humano, de mucho corazón, y así va a venir a visitarnos a nosotros. Y yo creo que nuestra respuesta debe ser adecuada a este interés que él mostró" cuando recibió en distintas ocasiones a los obispos de Cuba en el Vaticano.
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