Roberto Vittori, uno de los astronautas italianos que conversó desde el espacio con el Papa Benedicto XVI en mayo del año pasado, señaló que desde allá pudo contemplar la belleza de Dios.
En declaraciones a ACI Prensa, el astronauta dijo que "es la belleza de la tierra vista desde el espacio, la belleza de la naturaleza, del planeta azul" que revelan "que tiene que haber algo más allá de la ciencia y la tecnología".
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El 21 de mayo de 2011, Vittori, casado y con tres hijos, fue uno de los 12 astronautas a a bordo de la Estación Espacial Internacional que por primera vez conversó en una teleconferencia con el Papa desde el trasbordador.
En la conversación de 18 minutos entre Benedicto XVI y los astronautas, el Santo Padre preguntó si "en medio de su intenso trabajo e investigación" se detuvo "para reflexionar sobre ella o para tal vez decir una oración al Creador". Vittori le dijo al Papa que "he rezado por mí, por nuestras familias y nuestro futuro".
"Una videoconferencia es algo estándar en la Estación Espacial, sin embargo esa fue sin duda especial", dijo Vittori a ACI Prensa.
"Ese tipo de oportunidad fue de verdad especial, no solo por las cuestiones técnicas, sino por la belleza del escenario, así como también por la profundidad de los mensajes que podíamos escuchar a través de la radio desde el Vaticano".
Hace unos días Vittori tomó parte de la conferencia titulada "Espacio y Dios", organizada por la Agencia Italiana Espacial y la Diócesis de Roma.
Para el astronauta, hacer lo que hace "es tan único" que "cuando vuelves y piensas en lo que has hecho, en general parece que no hubiera sucedido. En realidad parece algo surrealista".
Viajar a través del espacio, comentó, "es una experiencia que realmente captura los ojos y también el corazón".
Antes de la misión de 2011, Vittori recibió una moneda de parte del Papa. Tenía acuñada el famoso fresco de la Creación de Miguel Ángel que está pintado en el techo de la Capilla Sixtina. Durante la videoconferencia con el Santo Padre, el astronauta la usó para mostrar los efectos de la micro-gravedad.
En septiembre del año pasado, otro astronauta italiano que estuvo en la misión, Paolo Nespoli, devolvió la moneda a Benedicto XVI en una audiencia especial en la residencia de verano de Castel Gandolfo. "Ese día en particular, cuando una moneda fue del Vaticano al Vaticano", constituye para Vittori un gesto simbólico de cooperación.
Actualmente el astronauta no sabe si seguirá viajando o no al espacio. "Creo que sólo tengo que esperar y mantener la fe", concluyó sonriente.