El Nuncio Apostólico en Brazzaville (Congo), Mons. Jan Romeo Pawlowski, expresó su admiración por el compromiso solidario de la población tras las explosiones en un almacén de armas en que murieron más de 200 personas y unas 1500 resultaron heridas.
"Admiro el compromiso de la población y de la Iglesia local que ofrecen lo poco que tienen para ayudar a las personas sin hogar, desde alimentos, agua y ropa. Todos se movilizan: desde el gobierno hasta los obispos, que han llamado a la solidaridad, desde Cáritas a las embajadas extranjeras", señaló el Nuncio ante la tragedia ocurrida el 4 de marzo en Brazzaville a la agencia vaticana Fides.
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"La tragedia que se ha abatido sobre esta gente es realmente enorme. Familias enteras han perdido sus hogares y a varios de sus miembros", destacó.
Sin embargo, Mons. Pawlowski recordó que debido a las elecciones presidenciales en la vecina República Democrática del Congo, hace dos meses, las embajadas de Brazzaville se alistaron ante una posible afluencia de refugiados en caso se produjese algún incidente en Kinshasa, separada de Brazzaville por el río Congo.
Por esta razón, algunas embajadas tenían reservas de alimentos, tiendas de campaña y colchones, que se han puesto a disposición de los afectados por la actual tragedia.
Por otra parte, el Prelado expresó que la cifra de las víctimas tras las explosiones es aún provisional: "algunos hablan de 500, otros de miles de muertos, hay quienes afirman que muchos han quedado sepultados. En estas circunstancias es difícil hacer una evaluación".
Finalmente, el Nuncio señaló que debido al inmenso calor que hay en Brazzaville en estos días, se teme la aparición de epidemias. "Que el mundo no se olvide de la tragedia de Brazzaville", concluyó.