El médico peruano Carlos Morín, acusado de liderar una trama de abortos ilegales en Barcelona, será juzgado a partir del 14 de septiembre por 101 delitos de aborto ilegal en el que será un macrojuicio de tres meses de duración.
En el juicio, en el que están imputados 12 colaboradores, se darán cita más de 115 testigos, tras la larga instrucción iniciada por el Juzgado de Instrucción 33 de Barcelona a mediados de 2007.
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La Fiscalía ha pedido 309 años de cárcel para Morín, acusado de delitos de aborto, asociación ilícita y un delito continuado de falsedad documental, por los abortos practicados en sus clínicas hasta 2007 y destapados por una televisión pública danesa.
Morín y su equipo, que facilitaron abortar a embarazadas de más de siete meses y medio –según consta en los escritos del sumario–, justificaban los abortos más allá de las 22 semanas acogiéndose al supuesto de la antigua ley del aborto española que permitía el aborto sin límite si éste ponía en grave riesgo la salud física y psíquica de la madre.
En la mayoría de los casos, los médicos y colaboradores practicaban los abortos sin que las mujeres fueran visitadas por un psiquiatra que pudiera acreditar este riesgo, contando precisamente con dos de estos profesionales –Pascual Javier Ramón Mora y Javier Carrato– para firmar acreditaciones sin mediar visita.
De igual forma, se realizaban abortos acogiéndose al supuesto de que el bebé nacería con graves taras físicas o psíquicas sin que se incorporase al expediente dictamen previo emitido por los profesionales.
El médico peruano admitió en su declaración ante la juez instructora del caso, Elisabet Castelló, haber atendido últimamente en sus centros a "una gran población de menores", llegando a facilitar el aborto a adolescentes de 13 años.
En su declaración, integrada en el voluminoso sumario del caso de más de 4.000 páginas, Morín también reconoció prácticas de abortos a embarazadas de siete meses y medio, 29 semanas, en sus clínicas "el último mes" previo a su comparecencia.