En octubre próximo, los españoles celebrarán la canonización de una nueva santa: la religiosa catalana Carmen Sallés y Barangueras, quien subirá a los altares por su intercesión en la asombrosa curación total de una niña brasileña que sufrió una isquemia cerebral aguda.
El milagro ocurrió en Sao Paulo (Brasil) en año 1999 cuando la pequeña Maria Isabel Gomes de Melo Gardelli, de solo tres años de edad sufrió una isquemia cerebral aguda que la dejó paralizada, con el rostro deformado y sin esperanzas de recuperación.
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De padres médicos, la niña fue enviada a su casa sin tratamiento ni medicinas, esperando un fatal desenlace. Fue entonces que tanto su familia, como sus compañeros del colegio María Inmaculada de Sao Paulo, iniciaron una Novena de oración a la Madre Carmen Sallés.
La Postuladora de la Causa de Canonización, Madre María Asunción Valls Salip, explicó en una entrevista concedida a ACI Prensa que en "el quinto día de la Novena, fue cuando se curó…la oración de los niños tiene mucha fuerza".
Los médicos habían descartado una curación completa. Aún si hubiera recibido años de terapia y tratamientos, los médicos dejaron claro que tendría riesgo alto de epilepsia y otros síntomas secundarios".
A lo largo de su vida, la joven pasó por el diagnostico de 27 médicos y "realmente no ha quedado absolutamente ninguna secuela", explica la Madre Valls. Ahora María Isabel tiene 15 años, y por su belleza hasta ha recibido ofertas para trabajar como modelo.
"Es una alumna brillante, con 8 y medio de nota media en todos sus estudios, con un carácter alegre, solidario, una gran capacidad de comprensión, es decir, es una alumna brillante humanamente e intelectualmente", y "claro, no puede caber duda del milagro", explica la postuladora.
Una resonancia magnética reciente demuestra que en el cerebro de la joven está aún la cicatriz de la isquemia y nadie puede negar que sufrió este severo ataque cerebral, según explica la religiosa.
Futura santa
Carmen Sallés, vivió entre 1848 y 1911, en plena revolución industrial. Inspirada por la Virgen María dedicó su vida a la promoción de la mujer mediante la educación de las niñas y fundó las Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza.
"Un obispo de Astorga que había conocido personalmente a la Madre Carmen decía en una carta suya: ‘Muy buenas, muy santas tienen que ser las concepcionistas para ser dignas de esta madre’. Entonces la canonización para nosotras pues es como un reto, un desafío de tratar de acercarnos un poco más a ella", agregó la postuladora.
La Beata Carmen Sallés ascenderá a los altares el próximo 21 de octubre de 2012
Carmen Sallés fue una pionera en su tiempo, porque aportó a la Iglesia un mensaje de igualdad entre el hombre y la mujer sin olvidar que "todos tienen que conocer bien la autenticidad y el valor complementario de los dos sexos".
Su carisma era misionero y de promoción de la mujer entendiendo la enseñanza como una elevación de la dignidad.
"El objetivo era que la mujer pudiera intervenir en la sociedad dignamente tanto en la familia, como también en la sociedad civil y por supuesto, dentro de la Iglesia". La Beata "fue una promotora de la capacidad de la mujer, incluso dentro de la Iglesia ella tenía su palabra que decir, y la aprobación por parte de Roma de la Congregación fue una dinamización de algo que se discutía", porque "había veces que algunos barones no lo comprendían dentro de la misma Iglesia", pero ella "quería llegar a todo lo que se pudiera llegar sin traspasar los límites de los sensato, lo correcto, lo adecuado… siempre dentro de la Iglesia".
Carmen Sallés "conoció a la mujer prostituta y delincuente, y se preguntó que habría sido de ellas si hubiera tenido una formación adecuada. Sobre todo en un momento en el que la mujer en la sociedad tenía muy pocas posibilidades de trabajo. Entonces, la inspiración le vino de mirar a María Inmaculada: María, modelo de mujer, prevenida por el amor de Dios desde el primer momento".
El 15 de marzo de 1998, Carmen Sallés fue beatificada por el Papa Juan Pablo II.
El milagro entonces fue la curación de una religiosa de su misma congregación que sufría de una espondilitis tuberculosa.
"Tenía mal las vértebras de la espalda, algunas estaban ya absolutamente destruidas, y durante la novena a madre Carmen, el último día, sintió como si una mano suave le pasara por la espalda. Así lo explicaba ella. Se le cayó el Rosario, se agachó, y se dio cuenta de que antes no podía hacer ese movimiento. Le habían crecido vértebras nuevas como las de un niño. Claro, el milagro era muy evidente", explicó la Madre Valls.
Ahora, a la espera de que llegue el día de la Canonización de su fundadora, la religiosas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza preparan la celebración bajo el lema que tantas veces repitió en vida la Beata: "Adelante, siempre adelante, Dios proveerá".